Mientras
espero a que me responda no puedo dejar de mirarle con los ojos cargados de
ira. Es cierto que no supe darle su lugar en la relación, pero él desapareció
así sin más y sin dejar que le diera explicaciones. –¡Vamos, responde! ¿Ahora
qué? –Sin darme tiempo a reaccionar, sostiene mi cara con sus manos, me besa y siento
como todos mis sentimientos vuelven a florecer. Como mi rabia desaparece,
olvido por completo el daño que nos pudimos causar en el pasado y continúo el
beso sin ni siquiera darme cuenta de que sigue lloviendo a mares. Caminamos
hacia mi casa como podemos sin parar de besarnos ni un segundo salvo el momento
en el que busco las llaves en mi bolso, pero Dani no pierde el tiempo y me
sigue dando besos y pequeños mordiscos en el cuello. Consigo meter la llave en
la cerradura sin dejar de mirarle a los ojos ni un segundo y justo antes de
hacerla girar, me aprieta contra la pared y me coge en brazos rodeando su
cadera con mis piernas.
Saborea mi
boca y baja por el cuello hasta mi escote. Yo me dejo hacer hasta que termina
de abrir la puerta y entramos. Seguimos besándonos como si fuéramos un huracán
que arrasa con todo. No importa si nos tropezamos con algo, si chocamos con la
pared, porque sólo queremos sentir el cuerpo del otro. Nuestras manos no se
están quietas recorriendo todo aquello que ya conocían y que tanto han echado
de menos. Nuestros labios se buscan, se encuentran y se vuelven a perder en la
piel del otro. Le saboreo, le quiero devorar, pero intento hacerlo disfrutando
de cada pedacito de él.
-Anna, te he
necesitado todo este tiempo. -Intento quitarme la camiseta, pero con el agua de
la lluvia se ha quedado pegada a mi cuerpo y no lo consigo hasta que Dani me
ayuda para poder seguir besando mi cuello
-Antes de
irte me dijiste que querías volver a ser sólo mi amigo. –Sé que no es momento
de reproches, pero necesitaba decírselo. Al oírlo, se queda mirándome fijamente
a los ojos y me aparta el flequillo que me gotea por la cara.
-La amistad
puede convertirse en amor; pero nunca el amor en amistad. El día que dejes de
quererme no sé qué será de mí, pero estoy seguro que no podré volver a verte
como a una amiga. –Me quedo pensando en eso, en qué va a pasar después de esta
noche. Ni siquiera sé si sigo enamorada de él, pero besos y más besos me
distraen haciéndome viajar a ese rinconcito donde solamente estamos Dani y yo.
Donde no importaba el dónde, el cuándo ni el cómo, sólo él y yo. Donde nos
decíamos “Te quiero” en letras mayúsculas con el simple roce de nuestros
cuerpos; aunque esta vez yo sólo digo “Te he echado de menos”. Esta vez, al fin
y al cabo, es todo muy diferente.
A la mañana
siguiente me despierto temprano y doy mil vueltas en la cama intentando poner
todas mis ideas en orden, intentando aclarar mis sentimientos y redactando en
mi mente el guión que tengo que decirle a Dani para no hacerle daño.
“Nos hemos
dejado llevar y ya está”. “Ha sido un momento de bajón”. “Te echaba de menos y
no he sabido reaccionar como debía”… No, no y no. Él no se merece tata
frialdad. Tengo que decirle lo que siento tal y como me salgan las palabras
cuando esté hablando con él, pero sigue dormido y cada segundo que pasa me
pongo más nerviosa hasta que finalmente no me puedo contener más.
-Dani –Digo
en voz baja mientras le doy toquecitos en el hombro. –Dani. –Digo esta segunda
vez un poco más fuerte sin éxito alguno. -¡DANIEL! –Por fin abre los ojos
despacio y sonríe.
-Buenos
días.
-Dani,
tenemos que hablar. –Apoyo mis manos en el colchón y me siento pegando la espalda
al cabecero de la cama.
-Uy, qué mal
suena eso… -Dice incorporándose e imitando también mi postura.
-Dani, yo…
-Intento buscar las palabras más indicadas para no hacerle daño. –Lo de ayer no
puede volver a repetirse. –Digo finalmente.
-¿Por qué,
Anna? ¿A caso no me has echado de menos todo este tiempo tanto como yo a ti?
-No es eso.
-¿Entonces
qué es? Te prometo que esta vez va a salir bien. Todas las relaciones pasan por
crisis, Anna, pero luego se recuperan y yo no puedo estar sin ti. Te necesito.
–Se me rompe el alma al oírle decir esas palabras, pero no puedo dejarme guiar
por ellas. Tengo que ser fiel a lo que mi cabeza me dice y dejarle claro que
esto ha llegado a su fin.
-Tú y yo no
estamos hechos el uno para el otro, Dani. Somos incompatibles.
-Eso no es
cierto, Anna. Si no quieres seguir con esto estás en todo tu derecho, pero no
me vengas con excusas baratas que nadie creería. Tenle un poco de respeto a
todo esto que hemos vivido y no me mientas a la cara.
-No tengo
ninguna necesidad de mentirte. Si tanto me has echado de menos, haber
contestado a mis llamadas o haber vuelto a consolarme cuando llamaba cada
noche. –Digo alzando la voz enfadada y soltando todo aquello que no me había
atrevido a decir antes. –Haber sido un hombre y haberte enfrentado al problema
en lugar de irte sin avisar dejándome destrozada porque ni siquiera sabía si
estarías pensando en mí.
-¿Que no
sabías si estaba pensando en ti? –Se levanta de la cama también enfadado. –Pues
yo sí sabía que estabas pensando en mí, Anna. Cada noche, cada día y en todo momento
porque sé que me querías y sé que me quieres ahora. Que piensas en mí cuando te
levantas deseando que esté aquí contigo para que te lleve el desayuno a la
cama. Que piensas en mí cuando te duchas en ese baño donde tantas veces hemos hecho
el amor. Que piensas en mí cada vez que sales de casa y ves la chaqueta que me dejé
aquí la última vez. Que lo haces cuando sueñas y te despiertas decepcionada porque
no es real. Que pensabas en mí esta noche cuando te mordía para no dejarte escapar
y te encantaba porque en el fondo eso es lo que quieres, Anna. Quieres que no te
deje escapar, que te insista una y otra vez hasta que no puedas aguantar más y acabes
cediendo. Y lo quieras reconocer o no, todo esto que te estoy diciendo es tan solo
una verdad que tú ya conoces pero te quieres ocultar a ti misma.
-¡Basta ya, Dani!
–Digo interrumpiéndole. –Vete de casa y no te quiero volver a ver ¿Te ha quedado
clarito ya?
-Como el agua.
-¡Pues ya estás
tardando en coger tus cosas y desaparecer de mi vista!
Uh! La Bloom viene pisando fuerte señores!! Y como siga pisando tan fuerte se va a hundir JAAJAJAJAJA Eres muy mala persona, así nos se retoman las cosas, ya puedes ir arreglando!!
ResponderEliminarseñor capitulo!!! madre mia , me ha dado penita pero en verdad se lo merece ...un poco.. ejje me ha gustado mucho :) siguiente
ResponderEliminar