Llegamos a Madrid agotadas. Hemos estado todo el viaje
hablando de nuestras cosas y ninguna de las dos ha descansado ni un poco. ¡Quién
me ha visto y quién me ve! Yo, Anna Simon, negándome a una siesta estando de
vacaciones. Pero el motivo merece la pena; y ese motivo es Marta, mi Martita,
un gran descubrimiento como profesional y como persona.
Vamos caminando por el aeropuerto agarradas del brazo y con
nuestras gafas de sol puestas para pasar desapercibidas. No es que nos suela
conocer mucha gente cuando vamos sin maquillar y, aunque se diera el caso, no
nos importaría. El motivo de las gafas es la prensa, como siempre. Estamos de
vacaciones y queremos un poco de tranquilidad. Sólo me faltaba volver a salir
en la Cuore y que esta vez fuera para decirle a media España que estoy en
Madrid con Marta. Seguro que los fans se volverían locos buscándonos.
Ya le he contado la idea del libro y le ha parecido
estupendo. Dice que está dispuesta a colaborar en lo que sea, aunque eso era
algo que yo ya me esperaba. También hemos estado bromeando sobre su boda,
diciendo que será una boda folsa y que en lugar de tirar arroz, nos pegaremos
con corchopanes. Aún no saben cuándo se van a casar, pero yo estoy muy contenta
por ella. Se merece muchísimo ser feliz y estoy segura de que nos lo vamos a
pasar genial. Una reunión de tontacos siempre es motivo de alegría.
Pedimos un taxi para ir hasta mi casa y una vez allí le digo
que deje sus cosas donde quiera, que se sienta como en casa; y mientras ella va
sacando todo de su maleta, yo me meto en la ducha para refrescarme. Luego se
ducha ella y yo aprovecho para tumbarme en el sofá. Cuando Marta sale del baño
se ríe de mí diciéndome que soy una abuela que no puede estar mucho tiempo de
pie y yo me levanto despacio siguiéndole el juego y comienzo a andar encorvada como
si me doliera la espalda.
-Venga, abuela, vamos a tomar un cafelito con pastas. –Me dice
entre risas mientras me coge del brazo para fingir que me ayuda a caminar. Yo
me pongo derecha y le contesto.
-¿Café con pastas? ¿Para eso hemos venido un día antes? ¡Hoy
vamos a quemar Madrid!
-Annita, de verdad que no te reconozco. Pero vamos, que yo me
apunto a lo que sea. Conozco una discoteca que te va a encantar.
-¡A ver dónde me llevas Martita!
-Confía en mí. Esta noche lo vamos a pasar genial ¿Le
regalamos una foto de este momento a los tuitteros?
-Venga. A ver a quién de las dos turran más luego jajajaja –Marta
coge su móvil y nos hacemos una foto muy sonrientes. Mientras la sube a
Twitter, yo voy a la cocina a por un vaso de zumo y al instante me llega una
mención. La abro y es el tuit de Marta: “Esta noche me llevo a la abuela de
marcha por Madrid. A disfrutar!! @AnnaSimonMari” y el enlace con la foto. Yo lo
retuitteo y segundos más tarde empiezan a llegarnos un montón de menciones
preguntando a dónde vamos a ir, deseando que nos lo pasemos bien y pidiéndonos
saludos. Nos sentamos en el sofá para contestar a algunos, que al fin y al cabo
se lo merecen. Empiezo con @CrisSimonMV, luego @DannaAmorFuerte, @DesafioSiimon,
@Figurantas97, @Marinitaa_Flow, @YourDanna, @BeatrizJLC, @Valentinasebvi y … No
puede ser ¡Es Dani! A Marta también me llega la mención y me lo dice.
-¡Mira, Dani ha contestado! “Eso yo no me lo pierdo. Decidme
hora y sitio que allí os espero” –Dice leyendo ¡Dani va a venir! ¡¡Va a venir!!
Rápidamente me pongo a pensar qué ponerme. No es que quiera ligar con él ni
mucho menos, pero me apetece que después de tanto tiempo, me vea guapa. -¿Anna?
Estás empanada jajajaja. Como Flo dice, “Han puesto aquí arriba el guindo y te
has caído ¿No?”
-¿Qué?
-Que a qué hora le digo a Dani que venga a recogernos.
-Ah, pues… -Tengo muchas ganas de verle y si por mí fuera, le
diría que viniera ya mismo, pero claro, entonces no me daría tiempo a arreglarme…
mejor que quedemos más tarde. -¿Qué te parece a las 11?
-Perfecto. Se lo digo por Whatsapp, que si no me veo aquí a
media ciudad esperando a las 11 para recogernos jajaja.
-Sí, mejor por privado –Digo sonriendo. Estoy segura de que,
con las ganas que tengo de verle, aunque vinieran millones de personas él
sobresaldría del resto. -¡Qué te vas a poner tú?
-¿Por qué? ¿Quieres copiar mi modelito? –Bromea.
-¡Qué va! Es para ponerme a tu altura y no quitarte
protagonismo. –Las dos reímos y empezamos a rebuscar entre nuestra ropa. -¿Qué
te parece este minivestido?
-¡Anna! ¿Esta noche vas de caza o qué? Jajaja. Vas a estar
irresistible como te pongas eso.
-No, de caza no, Es sólo que me apetece arreglarme. –Me da
vergüenza decirle que quiero que Dani me vea guapa, no sé por qué, pero es que
me pongo colorada sólo de pensarlo.
A las 22:45 estoy ya casi lista. El minivestido negro con la
espalda descubierta y las mangas de encaje es realmente precioso y me queda
genial con los tacones negros que me ha dejado Marta. Ella lleva un vestido de
color coral ceñido y sin mangas; y he sido yo la que le ha dejado unos zapatos
beiges. Le siente genial con la piel tan morena. Las dos nos hemos dejado el
pelo suelto, pero ella se ha hecho las planchas y yo me lo he ondulado. O mejor
dicho, yo le he hecho las planchas a ella y ella me lo ha ondulado a mí. Sólo
nos queda terminar de maquillarnos y ya estaremos listas.
Realmente estoy muy nerviosa. Hace mucho que no veo a Dani y
me muero de ganas de darle un achuchón; espero que él también me eche tanto de
menos, o al menos la mitad de lo que yo le echo él.
Me miro en el espejo mientras me perfilo los labios de un
rojo intenso, despacio para que me quede perfecto, cuando Marta viene con el
móvil en la mano y hace que me tiemble todo el cuerpo.
-Dani me acaba de decir que ya está abajo esperando ¿Le digo
que suba?