miércoles, 17 de julio de 2013

Capítulo 5. Menciones

Llegamos a Madrid agotadas. Hemos estado todo el viaje hablando de nuestras cosas y ninguna de las dos ha descansado ni un poco. ¡Quién me ha visto y quién me ve! Yo, Anna Simon, negándome a una siesta estando de vacaciones. Pero el motivo merece la pena; y ese motivo es Marta, mi Martita, un gran descubrimiento como profesional y como persona.
Vamos caminando por el aeropuerto agarradas del brazo y con nuestras gafas de sol puestas para pasar desapercibidas. No es que nos suela conocer mucha gente cuando vamos sin maquillar y, aunque se diera el caso, no nos importaría. El motivo de las gafas es la prensa, como siempre. Estamos de vacaciones y queremos un poco de tranquilidad. Sólo me faltaba volver a salir en la Cuore y que esta vez fuera para decirle a media España que estoy en Madrid con Marta. Seguro que los fans se volverían locos buscándonos.
Ya le he contado la idea del libro y le ha parecido estupendo. Dice que está dispuesta a colaborar en lo que sea, aunque eso era algo que yo ya me esperaba. También hemos estado bromeando sobre su boda, diciendo que será una boda folsa y que en lugar de tirar arroz, nos pegaremos con corchopanes. Aún no saben cuándo se van a casar, pero yo estoy muy contenta por ella. Se merece muchísimo ser feliz y estoy segura de que nos lo vamos a pasar genial. Una reunión de tontacos siempre es motivo de alegría.
Pedimos un taxi para ir hasta mi casa y una vez allí le digo que deje sus cosas donde quiera, que se sienta como en casa; y mientras ella va sacando todo de su maleta, yo me meto en la ducha para refrescarme. Luego se ducha ella y yo aprovecho para tumbarme en el sofá. Cuando Marta sale del baño se ríe de mí diciéndome que soy una abuela que no puede estar mucho tiempo de pie y yo me levanto despacio siguiéndole el juego y comienzo a andar encorvada como si me doliera la espalda.
-Venga, abuela, vamos a tomar un cafelito con pastas. –Me dice entre risas mientras me coge del brazo para fingir que me ayuda a caminar. Yo me pongo derecha y le contesto.
-¿Café con pastas? ¿Para eso hemos venido un día antes? ¡Hoy vamos a quemar Madrid!
-Annita, de verdad que no te reconozco. Pero vamos, que yo me apunto a lo que sea. Conozco una discoteca que te va a encantar.
-¡A ver dónde me llevas Martita!
-Confía en mí. Esta noche lo vamos a pasar genial ¿Le regalamos una foto de este momento a los tuitteros?
-Venga. A ver a quién de las dos turran más luego jajajaja –Marta coge su móvil y nos hacemos una foto muy sonrientes. Mientras la sube a Twitter, yo voy a la cocina a por un vaso de zumo y al instante me llega una mención. La abro y es el tuit de Marta: “Esta noche me llevo a la abuela de marcha por Madrid. A disfrutar!! @AnnaSimonMari” y el enlace con la foto. Yo lo retuitteo y segundos más tarde empiezan a llegarnos un montón de menciones preguntando a dónde vamos a ir, deseando que nos lo pasemos bien y pidiéndonos saludos. Nos sentamos en el sofá para contestar a algunos, que al fin y al cabo se lo merecen. Empiezo con @CrisSimonMV, luego @DannaAmorFuerte, @DesafioSiimon, @Figurantas97, @Marinitaa_Flow, @YourDanna, @BeatrizJLC, @Valentinasebvi y … No puede ser ¡Es Dani! A Marta también me llega la mención y me lo dice.
-¡Mira, Dani ha contestado! “Eso yo no me lo pierdo. Decidme hora y sitio que allí os espero” –Dice leyendo ¡Dani va a venir! ¡¡Va a venir!! Rápidamente me pongo a pensar qué ponerme. No es que quiera ligar con él ni mucho menos, pero me apetece que después de tanto tiempo, me vea guapa. -¿Anna? Estás empanada jajajaja. Como Flo dice, “Han puesto aquí arriba el guindo y te has caído ¿No?”
-¿Qué?
-Que a qué hora le digo a Dani que venga a recogernos.
-Ah, pues… -Tengo muchas ganas de verle y si por mí fuera, le diría que viniera ya mismo, pero claro, entonces no me daría tiempo a arreglarme… mejor que quedemos más tarde. -¿Qué te parece a las 11?
-Perfecto. Se lo digo por Whatsapp, que si no me veo aquí a media ciudad esperando a las 11 para recogernos jajaja.
-Sí, mejor por privado –Digo sonriendo. Estoy segura de que, con las ganas que tengo de verle, aunque vinieran millones de personas él sobresaldría del resto. -¡Qué te vas a poner tú?
-¿Por qué? ¿Quieres copiar mi modelito? –Bromea.
-¡Qué va! Es para ponerme a tu altura y no quitarte protagonismo. –Las dos reímos y empezamos a rebuscar entre nuestra ropa. -¿Qué te parece este minivestido?
-¡Anna! ¿Esta noche vas de caza o qué? Jajaja. Vas a estar irresistible como te pongas eso.
-No, de caza no, Es sólo que me apetece arreglarme. –Me da vergüenza decirle que quiero que Dani me vea guapa, no sé por qué, pero es que me pongo colorada sólo de pensarlo.
A las 22:45 estoy ya casi lista. El minivestido negro con la espalda descubierta y las mangas de encaje es realmente precioso y me queda genial con los tacones negros que me ha dejado Marta. Ella lleva un vestido de color coral ceñido y sin mangas; y he sido yo la que le ha dejado unos zapatos beiges. Le siente genial con la piel tan morena. Las dos nos hemos dejado el pelo suelto, pero ella se ha hecho las planchas y yo me lo he ondulado. O mejor dicho, yo le he hecho las planchas a ella y ella me lo ha ondulado a mí. Sólo nos queda terminar de maquillarnos y ya estaremos listas.
Realmente estoy muy nerviosa. Hace mucho que no veo a Dani y me muero de ganas de darle un achuchón; espero que él también me eche tanto de menos, o al menos la mitad de lo que yo le echo él.
Me miro en el espejo mientras me perfilo los labios de un rojo intenso, despacio para que me quede perfecto, cuando Marta viene con el móvil en la mano y hace que me tiemble todo el cuerpo.

-Dani me acaba de decir que ya está abajo esperando ¿Le digo que suba?

lunes, 15 de julio de 2013

Capítulo 4. Noticias en pleno vuelo.

Tirando de la maleta con la mano derecha y sosteniendo el bolso con la izquierda, llego al aeropuerto donde he quedado con Marta. El camino en coche hasta Barcelona no se me ha hecho muy pesado porque he estado todo el rato pendiente de la carretera. Nada más entrar la veo con las gafas de sol puestas y saludándome con la mano para indicarme que ya está allí. Me alegro muchísimo de que las vacaciones le estén sentando tan bien, realmente está guapísima con esa piel tan morena que ha conseguido desde la última vez que la vi. Camino un poco más rápido, casi corriendo, hasta donde está ella para poder darle dos besos y un abrazo bien fuerte. Le he echado mucho de menos y le voy a apretar lo más fuerte posible para que no se me escape.
-¡Ay! Annita, que me asfixias jajajajaja –Me río con ella y me separo un poco, aunque sigo manteniendo contacto con ella acariciándole el brazo.
-¿Qué tal, preciosa? ¡Anda que no estás buena! Mi madre siempre lo dice,  “¡Juventud, divino tesoro!”
-¡Pero qué tonta eres! Si tú estás mejor que yo ¡Eres una rubia cañón! Además, casi tenemos la misma edad.
- Pero a partir de los 30 todo se cae, no me cansaré de decirlo nunca jajaja
Seguimos bromeando un rato mientras esperamos nuestro turno en la cola para comprar los billetes de avión. Cuando por fin nos toca, todavía hay asientos libres. Cada una paga el suyo y esperamos a que llegue la hora de poder embarcar.
Una vez estamos en el avión, seguimos charlando de montones de cosas. Parecemos dos cotorras que no se callan nunca, pero eso me encanta porque a pesar de que haya pasado un mes, seguimos siendo tan amigas como antes.
Al pensar esto, no puedo evitar asociarlo con Dani. Con él no ha podido ser como con Marta y eso me da mucha pena, pero intento dejar de comerme la cabeza con este tema y sigo charlando con mi perfecta compañera de viaje.
-¿Sabes que me han ofrecido un papel para salir en la serie “Con el culo al aire? En principio es sólo un cameo en un par de capítulos para esta tercera temporada, pero me han dicho que si me ven suelta en esto de la interpretación y a la audiencia le gusta mi personaje, podría contratarme para la cuarta temporada.
-¿En serio? ¡Marta, eso es genial! Me alegro muchísimo por ti, de verdad. –Le doy un abrazo a pesar de que sigamos teniendo el cinturón de seguridad del avión puesto aún. -¡Serás un personaje folso! Jajajaja Te deseo la mayor suerte del mundo, aunque sé que con todo lo que te lo curras no lo vas a necesitar.
-Jo, muchas gracias Anna, pero yo no estoy tan segura… Me da un poco de miedo todo esto.
-Pero eso es normal. Yo recuerdo el primer día que fui a grabar mi cameo en “Fenómenos” y me tuve que tomar hasta una tila para tranquilizarme.  Pero luego llegas ahí y la gente es tan profesional que se te hace mucho más fácil trabajar con ellos.
-¿Tú crees?
-Claro que sí. –Me sonríe. Creo que he conseguido que al menos se tranquilice un poco. –¡Me lo acabas de contar y ya estoy deseando ver tu debut como actriz!
-Dentro de poco veremos a Dani ¿No? Dicen que los capítulos se estrenan en otoño.
-Sí. –No quiero que se me note pero prefiero no hablar del tema. Sigo sintiéndome rara conmigo misma cuando pienso en Dani. No sé realmente qué es lo que me pasa, pero prefiero alejarme de todo esto al menos hasta después de la quedada con todo el grupo. No creo que los demás se merezcan verme rara en un día tan importante para todos.
-Yo creo que lo hará genial. Dani está hecho para el espectáculo y el poco tiempo que pude trabajar con él me di cuenta de que es una de esas personas que se toma las cosas en serio.
-Sí, es un gran profesional. –Creo que Marta se da cuenta de que no quiero hablar de este tema o se piensa que no tengo mucho que decir. El caso es que las dos nos quedamos calladas y no volvemos a hablar durante un rato bastante largo.  Sé que no está enfadada, pero le ha molestado que haya sido tan seca en mis contestaciones.
-Oye, Marta ¿Te han comentado lo del libro? –Digo para relajar un poco el ambiente.
-Anna ¿Qué te pasa con Dani?
-¿Qué?
-Que te he notado rara cuando hemos hablado de él ¿Habéis tenido alguna pelea o algo?
-No, claro que no. Ayer mismo hablamos por teléfono. –No le estoy mintiendo con respecto a lo de habernos enfadado ni con lo de la conversación telefónica, pero me siento culpable por fingir que no me pasa nada. El problema es que ni yo misma sé qué es lo que me pasa.
-Bueno, si me quieres contar algo, cualquier cosa, sólo tienes que llamarme ¿Vale? Que a veces nos preocupamos por tonterías y no nos damos cuenta hasta que otro desde fuera nos lo hace ver.
-Muchas gracias, Marta. Si se diera el caso, tú serías una de mis primeras opciones para desahogarme. Sabes que me has ayudado muchísimo con lo de Lucho y eso no lo voy a olvidar nunca. –La primera semana después de dejarlo con Lucho, le echaba muchísimo de menos. Por suerte, se lo conté a Marta y ella se preocupó mucho por mí. Me llamaba todos los días para preguntarme cómo me encontraba y nos llevábamos horas y horas hablando por teléfono. Quizás sea ese el motivo por el que ahora estamos tan unidas, mucho más de lo que estábamos en Así nos va.
-Te quiero mucho, Annita. –Me dice tras darme un achuchón y un beso en la sien.
-Y yo a ti, cariño, eres un cielo de persona. Tu churri ha tenido mucha suerte al encontrarte. –Le digo sonriendo.
-¿Pues sabes qué? –Los ojos le brillan, está realmente preciosa. Creo que lo que me va a decir es algo muy bueno.
-¿Qué? ¡¡Dímelo ya!!
-¡¡¡Que me ha pedido matrimonio!!!

Empezamos a gritar como dos locas, dando saltitos en nuestros sillones y abrazándonos más fuerte que nunca. De repente, nos damos cuenta del escándalo que estamos armando en el avión y empezamos a reírnos tapándonos la boca con las dos manos para que no suene demasiado fuerte, pero es imposible. Las carcajadas se nos escapan una tras otra y no podemos parar.

domingo, 14 de julio de 2013

Capítulo 3. Decepción.

-¡Genial! ¡Me parece una idea estupenda, Dani! Al final resulta que eres listo y todo jajajaja- Bromeo.
-¡Eyyyy! ¿Qué es eso de ser listo? ¡Yo soy tontaco y nada más! –Me encanta que recuerde esa época en la que estábamos tan unidos. Realmente fue una gran experiencia que tengo guardada en mi corazón con mucho cariño. Tanto cariño como le tengo a él.
-Mi tontaco favorito -¿¿¿Qué??? ¿De verdad he dicho eso? ¿Pero qué me pasa? Espero que no se lo haya tomado demasiado en serio porque me moriría de vergüenza.
-¿Por qué no quedamos un día? Así recordamos viejos tiempos ¿Te apetece? –No me esperaba esa pregunta y la verdad es que no sé lo que quiero. Por un lado, me encantaría verle, charlar, reírnos… en definitiva, volver a ser Anna Simon y Dani Martínez, la famosa pareja televisiva; pero por otro lado, creo que quedar así de repente sería forzar mucho la situación. Es decir, que hace mucho que no nos vemos y por muy amigos que seamos, los dos sabemos que la relación se ha enfriado, que ya no somos lo que éramos antes. Es una decisión difícil, pero mis ganas de darle un abrazo de los de verdad pueden con todo lo demás, así que aunque no esté segura del todo de lo que voy a hacer, le contesto.
-Sí, claro que me apetece. Podemos cenar y tomar luego algo. – Tras decir esto, el corazón me empieza a latir tan rápido que siento como si se me fuese a salir del pecho. Me tiemblan las piernas, de modo que me siento en la cama para relajarme mientras intento controlar mi respiración. Después de ver cómo reacciona mi cuerpo, puede que no haya sido tan buena idea decirle que sí. Tengo miedo de que los dos nos quedemos callados sin saber qué decir, de que después de ese día descubramos que ya no somos amigos, que no hay nada que no una.
-Me parece perfecto ¿Qué día te viene bien a ti?
-No sé, cuando tú me digas. –Sin duda esto va a ser una prueba para nuestra amistad, así que no quiero poner trabas de ningún tipo. Prefiero que él elija el día que mejor le viene y así yo me amoldo a su horario. De todas formas, yo ahora no tengo ningún proyecto en marcha y Dani está grabando todavía la próxima temporada de Aída. Es más fácil si es él quien elige.
-Bueno, pues le pregunto a los demás y ya que ellos decidan. -¿A los demás? ¿Es que no vamos a estar solos? ¡Claro! ¡Qué tonta! Dani quiere que quedemos todos los del equipo, lo cual me relaja bastante. Voy a estar más cómoda en la cena y además, a mí también me apetece que nos veamos todos juntos. Aun así, hay una parte de mí que está triste. Tengo que reconocer que me ha decepcionado un poco darme cuenta de que Dani no quería verme sólo a mí, sino a todos con los que trabajó en los otros dos programas.
Los dos nos despedimos porque decidimos hablarlo todo por el grupo de whatsapp que tenemos con el equipo y yo sigo con esa punzada en el corazón que me hace sentir el haberme dado cuenta de que para Dani ya no soy su Simon, sino una más del equipo.
En el grupo todos están de acuerdo con la idea de vernos y empiezan a proponer restaurantes, discotecas, etc; pero yo me limito a leer cada mensaje sin contestar. Realmente estoy dolida y no quiero que se me note. Dolida por lo de Dani y enfadada conmigo misma porque ahora mismo desearía que todos los del equipo dijeran que no pueden ir y nos quedásemos solos Dani y yo. No es por ningún motivo en especial, pero ya me había hecho a la idea de cenar tranquilamente con ese paleto de León, como él dice. Me había hecho a la idea de disfrutar el uno del otro, de contarnos anécdotas que nos han pasado desde la última vez que nos vimos. Quiero poder contarle lo de Lucho mientras me escucha como sólo él sabe hacerlo y a medida que voy pensando todo esto, me voy enfadando cada vez más. Este egoísmo no es propio de mí. Es más, siempre me ha gustado verle bromear con Flo, Alejandro, Berni… e incluso me saca una sonrisa cuando veo esa relación tan especial que tiene con Meri, pero hoy me siento como un niña pequeña que lo quiere todo para ella y si no es así, se pone a patalear.
Vuelvo a mirar la pantalla del móvil y veo que todos están preguntándome si me viene bien quedar mañana en Madrid. Sólo quedo yo por contestar, digo que me parece estupendo y echo mi cuerpo hacia atrás quedando totalmente tumbada en la cama. Necesito hacer algo y no pensar más en esta pataleta tan tonta. Llamo a Marta y espero impaciente a que conteste.
-¿Sí? ¿Annita, qué pasa?
-Hola Marta. Oye ¿Por qué nos vamos juntas esta tarde a Madrid y ya nos quedamos allí para salir mañana con el resto del equipo? Yo todavía tengo allí mi casa, así que podemos salir a tomar algo por la noche y luego te vienes a dormir. No hay mucho espacio pero puedes dormir conmigo en mi cama.
-¿Quién eres tú y qué has hecho con Anna Simon? ¿Desde cuándo te has vuelto tan fiestera? Jajajajaja
-Bueno, no sé… es que tengo ganas de veros y no puedo esperar hasta mañana. Así por lo menos te veo a ti antes y hacemos una noche de chicas.
-¡¡No le puedo decir que no a una noche de chicas!! ¿Dónde y cuándo nos vemos?
-Podemos coger el avión de las 16:00, que a esa hora no suele volar mucha gente y casi seguro que hay billete para las dos. ¿Te parece bien?
-Por mí, perfecto.
-Vale, pues nos vemos a las 15:00 en el aeropuerto ¿Vale? Te da tiempo a coger el tren hasta Barcelona ¿Verdad?
-Sí, no te preocupes. Voy a ir haciendo ya la maleta.

-Venga, yo también, que si no luego se me hace tarde jajaja –Las dos reímos y nos despedimos rápidamente. No podemos perder ni un segundo porque vamos muy justas de tiempo, pero al menos así no pienso en el día tan raro que llevo hoy.

viernes, 12 de julio de 2013

Capítulo 2. La llamada

Me levanto de la cama con una energía increíble. Normalmente a estas horas de la mañana no soy persona, paro la llamada de Flo y la idea de que nos volvamos a juntar todo el equipo me ha hecho levantarme hiperactiva. Voy a la cocina y me preparo un zumo de naranja y pan con aceite y tomate, mi desayuno favorito.
Estoy nerviosa por saber qué opina Dani sobre lo del libro, pero está claro que hasta que Flo no me llame es que todavía no ha hablado con él. Miro el reloj y todavía no hace ni media hora desde que me he levantado, pero ya me he comido el desayuno casi entero. Supongo que es por eso de que cuando quieres que el tiempo pase cuanto antes, lo haces todo a más velocidad de lo normal, como si por ese motivo el reloj también se fuera a dar más prisa en contar los segundos.
Cuando termino, friego el vaso y el plato y recojo con un paño las migas de pan que han caído en la mesa. Vuelvo a mirar el reloj y parece que hoy el tiempo ha decidido pasar más lento que de costumbre.
No puedo aguantar estos nervios de saber si el proyecto sigue o no adelante ¿Y si llamo yo a Dani? Qué tontería. Si no se lo ha cogido a Flo, tampoco me lo cogerá a mí. Ojalá se pudieran enviar cojinazos por whatsapp. Me río yo misma de mi propia ocurrencia, vaya bobada.
Cada minuto que pasa noto como me voy tensando un poco más. Necesito su respuesta cuanto antes.  Realmente hace mucho que no hablo con él, pero Flo siempre me ha ido teniendo informada de cada cosa que ha hecho. No es que hayamos querido dejar de hablarnos, sino que los dos estamos muy liados últimamente y casi no tenemos tiempo libre; y mucho menos conseguimos que ese tiempo coincida con el del otro; pero con este proyecto nos obligaríamos a vernos. Le echo mucho de menos, él no se imagina cuánto, pero es así. Siempre hemos sido como uña y carne y ahora… digamos que la relación se ha ido enfriando poco a poco.
Me meto en la ducha para relajarme y quitarme esos pensamientos de la cabeza. No es que no me guste pensar en Dani, sino que me duele darme cuenta de cómo estamos ahora.
Abro el agua caliente hasta que consigo la temperatura perfecta y me meto debajo del chorro. Siempre consigo dejar la mente en blanco cuando noto el agua cayendo desde la cabeza hasta los pies, pero esta vez es diferente. Sigo estando pendiente del iPhone que he dejado en el lavabo por si Flo me llama ¡Joder! Al final voy a tener que llamar yo a Dani. En el fondo es que lo estoy deseando. Hace ya mucho que no escucho su voz, sus tonterías… en fin, que me muero de ganas por tener un motivo para llamarle y está claro que esta es la excusa perfecta.
Termino de ducharme en tiempo récord, me lío una toalla alrededor del cuerpo, cojo el móvil y salgo del baño, pero ahora que lo tengo en las manos y sólo me queda marcar el número, no lo tengo tan claro ¿Y si se enfada porque lo he despertado? O simplemente no le apetece hablar conmigo porque tiene cosas mejores que hacer. Incluso puede que esté durmiendo con alguien. Quizás llamarle ahora no sea lo más adecuado. Mejor lo llamo más tarde o espero a que me llame Flo. Es lo más sensato sin duda.
Voy a mi habitación y abro el primer cajón de la mesita de noche. Saco un conjunto de ropa interior y me lo pongo tras deshacerme de la toalla. Luego me voy al armario y me pongo unos leggins negros y una camiseta vieja gris de tirantes. Perfecto para estar por casa.
Voy a aprovechar que me he levantado temprano, o más bien me han levantado, para hacer un poco de limpieza en la casa; de modo que me recojo el pelo con un moño, pongo música en la radio para no aburrirme y empiezo a limpiar el cuarto de baño. Siempre empiezo por ahí porque es la parte que menos me gusta y así me lo quito de encima cuanto antes. La mañana transcurre muy aburrida, limpiando de un lado para otro  e imitando a algunos de los cantantes que van sonando en Europa FM con la escoba a modo de pie de micro como si todavía estuviera concursando en “Tu cara me suena”.
A eso de las dos de la tarde, está ya todo listo y me tumbo en el sofá para descansar. Pongo los pies sobre la mesita que tengo delante y me siento como si estuviera en el cielo. Justo en ese momento, suena el teléfono móvil en la habitación. Estoy tan relajada que no me apetece cogerlo, de modo que lo dejo sonando un rato hasta que me acuerdo de que Flo tenía que llamarme. Salgo corriendo con las pocas fuerzas que me quedan , me lanzo sobre el teléfono y contesto lo más rápido que puedo para que no cuelguen.
-Hola Flo –Estoy nerviosísima ¿Qué habrá dicho Dani?
-¿Flo? Creo que me falta algún que otro kilo para ser Flo ¿No crees? –Esto no puede estar pasando ¿De verdad es él?
-¿Dani?
-Daniel Martínez Villadangos. Para servirte.
-¿Qué tal? ¡Cuánto tiempo! –Ahora estoy mucho más nerviosa aún. Necesitaba tanto hablar con él que se me ha quitado hasta el cansancio y no paro quieta de un lado a otro de la habitación como si fuera una niña de quince años hablando con el chico que le gusta.
-Pues muy bien, pero seguro que no tan bien como tú. Que te he visto por El Corte Inglés y estás que te rompes. ¡Ay, mi Annita! Siempre supe que llegarías muy alto.
 -Bueno, tú tampoco te puedes quejar, señor “Fichaje estrella de la temporada”.–Estas últimas palabras las digo más despacio dándole una entonación de grandiosidad.
-Jajajaja bueno, todavía no se sabe cómo va a responder la gente.
-Vamos, Dani, sabes que el público te adora y no se van a perder ni un solo capítulo de la serie.
-¿Y tú?
-¿Qué? –Esa pregunta me ha cogido desprevenida. No pensé que le fuera a importar si yo lo veía o no.
-Que si tú lo vas a ver. La serie, digo.
-Claro que sí. Me muero de ganas por ver cómo se desenvuelve el nuevo actor–Y no le miento. Realmente me muero de ganas de verle; aunque sólo sea una vez a la semana y a través de la pantalla.
No contesta y la situación se vuelve un poco incómoda, así que rompo el silencio como puedo.
-Bueno, Martínez ¿Para qué me habías llamado?
-¡Ah! ¡Claro! Casi se me olvida. Por lo visto el grupo Planeta quiere que hagamos un libro.
-Sí, a mí me han llamado también. –Le interrumpo para que no me lo tenga que explicar todo.
-Bien, pues había pensado que podríamos hacer un tour de promoción firmado ejemplares. Así  volveríamos a vivir experiencias como la de Astorga y Castellón. Flo me ha dicho que está encantado con la idea, pero se lo quería preguntar a la abuela antes de proponérselo a la editorial ¿Qué te parece? 

miércoles, 10 de julio de 2013

Capítulo 1. Un nuevo proyecto.

Relleno el último hueco con una foto en la que salgo con Flo y Raúl de uno de los últimos días de “Así nos va” y cierro el álbum. Cuando lo hago, siento como si el corazón se me encogiera, como si se hubiera roto un pedacito de mí. No sólo estoy cerrando el álbum de fotos, sino también una etapa. Me levanto de la cama sujetándolo con las dos manos contra mi pecho, como si de esta forma tuviera más cerca a cada una de las personas que aparecen en él. David, Marta, Raúl, Meri, Flo… cada uno de ellos me ha enseñado algo diferente, me han he hecho sonreír, me han regalado abrazos; en definitiva, han formado parte de mi vida.
Coloco el álbum en la estantería, junto a los otros dos álbumes de “Tonterías las justas” y “Otra movida”, todos llenos de momentos y recuerdos. Me quedo un rato mirándolos, embobada y dibujando en mi mente cada guiño de ojos, cada palmada en el hombro, cada broma que nos hemos ido gastando en todo este tiempo; y no puedo evitar que se me empañen los ojos. Ha pasado todo tan rápido que el último viernes de emisión casi no nos dimos cuenta de que todo esto había terminado, pero hoy, justo un mes después, es ya un hecho.
Voy al baño, me lavo los dientes y vuelvo a la cama sin dejar de darle vueltas a todos estos meses inolvidables. Me acuesto en el lado izquierdo, como siempre, y miro a mi derecha, a ese hueco que ha dejado Lucho hace ya dos semanas. Aún huele a él. Es asombroso cómo mi vida ha dado un giro tan drástico en tan solo un mes y yo todavía casi ni me lo creo.
Lo de Lucho se veía venir porque realmente nunca llegamos a estar enamorados del todo, pero eso no quita que le eche muchísimo de menos. Fue un gran apoyo siempre que lo necesité y es una gran persona, de eso no me cabe duda, pero no estábamos hechos el uno para el otro. Esa conversación que tuvimos en la que decidimos dejarlo fue lo mejor que pudimos hacer para los dos, pero ahora la casa está tan vacía que siento como si el techo se me cayera encima.
Miro el reloj. Son las 02:48, así que apago la luz dándole al interruptor que hay al lado del cabecero de la cama e intento dormir, pero no puedo. No paro de dar vueltas pensando en el final de esta bonita historia, en los hashtags que hicieron los fans en twitter, los mensajes que nos dejaron el último día de programa en la puerta del garaje. Las lágrimas brotan de mis ojos y no puedo hacer nada para pararlas. Necesito a alguien a mi lado, alguien que me abrace y me diga que todo está bien, pero Lucho ya no está y es demasiado tarde como para llamar a alguno de mis amigos. Estas lágrimas me toca tragármelas sola y a pesar de que me  cuesta mucho, me acabo durmiendo con la cara empapada de recuerdos.
El sonido del móvil me despierta muy temprano. Cojo el iPhone y miro la pantalla. No conozco el número, de modo que me aclaro la garganta y contesto intentando que no se me note en la voz que me acabo de despertar.
-¿Diga?
-Hola, buenos días ¿Es usted Anna Simon?
-Sí, soy yo ¿Con quién hablo?
-Somos de la editorial Planeta. Queríamos hacerle una proposición. Verá, sabemos que son muchos los fans de Tonterías las justas, Otra movida y Así nos va, de modo que habíamos pensado aprovechar el final de este último programa para publicar un libro de anécdotas e impresiones de las personas principales que formaron el equipo. En un principio, el libro se dividiría en cuatro partes, la primera sería la experiencia contada desde el punto de vista de Florentino Fernández; la segunda estaría escrita por usted; la tercera por Dani Martínez; y por último, una o dos páginas para cada colaborador, guionista, cámara y demás personas que quieran colaborar ¿Le interesa el proyecto? -La verdad es que así, de momento, le encantaría volver a tener algo entre manos con ese maravilloso equipo y el libro podría quedar genial, pero ella no es de las que toma decisiones sin pensarlas fríamente. No puede decir que sí todavía.
-Pues no sé. Sinceramente me parece una idea genial. Es una buena forma de que nos reunamos todos y a los fans les haría mucha ilusión, pero no puedo contestar aún.
-Claro, no se preocupe. No tiene por qué contestar ya. Es más, ya hemos hablado con Florentino y me ha contestado lo mismo que usted. Piénselo detenidamente y nos pondremos en contacto con usted más adelante.
-De acuerdo, muchísimas gracias.
-Gracias a usted. Que pase un buen día.
-Gracias, igualmente.
Cuelgo el móvil y me echo hacia atrás, dejando caer la cabeza en la almohada. Un libro en el que participe todo el equipo, un nuevo proyecto común. La idea me atrae muchísimo, pero no sé. Es cierto que estudié periodismo y que más de una vez me he planteado escribir un libro, pero siempre me lo he visto como un futuro muy lejano. Y por otro lado, ese señor ha dicho que Flo tampoco está muy convencido. A lo mejor no es tan buena idea.
El teléfono móvil vuelve a sonar y me saca de mis pensamientos. Vuelvo a mirar la pantalla y al ver que es Flo no puedo evitar sonreír como si me acabasen de dar la mejor noticia del mundo.
-Hola padre –Contesto casi con una carcajada.
-Hola mi niña ¿Qué pasa que te noto tan contenta?
-Que justo ahora estaba pensando en ti y me has llamado ¡No hay cosa en este mundo que me haga más feliz!
-Anda, anda, tampoco te pases. –Se hace el duro pero sé que ha sonreído al otro lado del teléfono. –Oye, quería hablar de un tema contigo ¿Te ha llamado el grupo Planeta?
-Sí, justo ahora me acaban de llamar.
-¿Y qué piensas?
-Pues la verdad es que no lo sé… Creo que es algo que hay que pensar detenidamente. Es un proyecto muy bonito, pero también requiere mucho trabajo y creo que me costaría escribir sobre el tema. Todavía está todo muy reciente.
-Ya, tienes razón, pero precisamente por eso serán nuestros sentimientos los que hablen, los que escriban cada palabra. Yo quiero hacerlo, pero antes de decir que sí quiero saber si Dani y tú vais a aceptar también. Además, Simon, ¿Sabes qué? Que nadie más que nuestros fans se merecen esto. Siempre hemos dicho que son los mejores y no podemos perderlos.
-Tienes razón ¿Y Dani qué te ha dicho? ¿Has hablado ya con él?
-No, aún no. Lo he llamado un par de veces y no ha contestado. Supongo que ayer se acostaría tarde grabando Aída y ahora estará durmiendo. Ya sabes que cuando se duerme no hay quien le despierte jajajaja – Los dos nos reímos recordando esas mañanas de TLJ y OM en las que Dani se tumbaba en el sofá de Flocución y hacía falta pegarle con un cojín para que se despertara.
-Bueno, pues cuando sepas algo del dormilón llámame, ¿Vale? Por mi parte hacemos el libro.
-¡Gracias, Simon! Ya verás qué bien. Va a ser un proyecto precioso. Te dejo ya tranquila que por cómo suena tu voz, presiento que te acabas de despertar. Que tú tampoco te quedas atrás en esto de dormir jajajaja –Los dos volvemos a reír y nos despedimos mandándonos millones de besos.

Sí, este proyecto va a ser algo grande, tan grande como el corazón de la persona responsable de todo lo bueno que nos ha pasado estos últimos tres años. Mi papi Flo.