domingo, 14 de julio de 2013

Capítulo 3. Decepción.

-¡Genial! ¡Me parece una idea estupenda, Dani! Al final resulta que eres listo y todo jajajaja- Bromeo.
-¡Eyyyy! ¿Qué es eso de ser listo? ¡Yo soy tontaco y nada más! –Me encanta que recuerde esa época en la que estábamos tan unidos. Realmente fue una gran experiencia que tengo guardada en mi corazón con mucho cariño. Tanto cariño como le tengo a él.
-Mi tontaco favorito -¿¿¿Qué??? ¿De verdad he dicho eso? ¿Pero qué me pasa? Espero que no se lo haya tomado demasiado en serio porque me moriría de vergüenza.
-¿Por qué no quedamos un día? Así recordamos viejos tiempos ¿Te apetece? –No me esperaba esa pregunta y la verdad es que no sé lo que quiero. Por un lado, me encantaría verle, charlar, reírnos… en definitiva, volver a ser Anna Simon y Dani Martínez, la famosa pareja televisiva; pero por otro lado, creo que quedar así de repente sería forzar mucho la situación. Es decir, que hace mucho que no nos vemos y por muy amigos que seamos, los dos sabemos que la relación se ha enfriado, que ya no somos lo que éramos antes. Es una decisión difícil, pero mis ganas de darle un abrazo de los de verdad pueden con todo lo demás, así que aunque no esté segura del todo de lo que voy a hacer, le contesto.
-Sí, claro que me apetece. Podemos cenar y tomar luego algo. – Tras decir esto, el corazón me empieza a latir tan rápido que siento como si se me fuese a salir del pecho. Me tiemblan las piernas, de modo que me siento en la cama para relajarme mientras intento controlar mi respiración. Después de ver cómo reacciona mi cuerpo, puede que no haya sido tan buena idea decirle que sí. Tengo miedo de que los dos nos quedemos callados sin saber qué decir, de que después de ese día descubramos que ya no somos amigos, que no hay nada que no una.
-Me parece perfecto ¿Qué día te viene bien a ti?
-No sé, cuando tú me digas. –Sin duda esto va a ser una prueba para nuestra amistad, así que no quiero poner trabas de ningún tipo. Prefiero que él elija el día que mejor le viene y así yo me amoldo a su horario. De todas formas, yo ahora no tengo ningún proyecto en marcha y Dani está grabando todavía la próxima temporada de Aída. Es más fácil si es él quien elige.
-Bueno, pues le pregunto a los demás y ya que ellos decidan. -¿A los demás? ¿Es que no vamos a estar solos? ¡Claro! ¡Qué tonta! Dani quiere que quedemos todos los del equipo, lo cual me relaja bastante. Voy a estar más cómoda en la cena y además, a mí también me apetece que nos veamos todos juntos. Aun así, hay una parte de mí que está triste. Tengo que reconocer que me ha decepcionado un poco darme cuenta de que Dani no quería verme sólo a mí, sino a todos con los que trabajó en los otros dos programas.
Los dos nos despedimos porque decidimos hablarlo todo por el grupo de whatsapp que tenemos con el equipo y yo sigo con esa punzada en el corazón que me hace sentir el haberme dado cuenta de que para Dani ya no soy su Simon, sino una más del equipo.
En el grupo todos están de acuerdo con la idea de vernos y empiezan a proponer restaurantes, discotecas, etc; pero yo me limito a leer cada mensaje sin contestar. Realmente estoy dolida y no quiero que se me note. Dolida por lo de Dani y enfadada conmigo misma porque ahora mismo desearía que todos los del equipo dijeran que no pueden ir y nos quedásemos solos Dani y yo. No es por ningún motivo en especial, pero ya me había hecho a la idea de cenar tranquilamente con ese paleto de León, como él dice. Me había hecho a la idea de disfrutar el uno del otro, de contarnos anécdotas que nos han pasado desde la última vez que nos vimos. Quiero poder contarle lo de Lucho mientras me escucha como sólo él sabe hacerlo y a medida que voy pensando todo esto, me voy enfadando cada vez más. Este egoísmo no es propio de mí. Es más, siempre me ha gustado verle bromear con Flo, Alejandro, Berni… e incluso me saca una sonrisa cuando veo esa relación tan especial que tiene con Meri, pero hoy me siento como un niña pequeña que lo quiere todo para ella y si no es así, se pone a patalear.
Vuelvo a mirar la pantalla del móvil y veo que todos están preguntándome si me viene bien quedar mañana en Madrid. Sólo quedo yo por contestar, digo que me parece estupendo y echo mi cuerpo hacia atrás quedando totalmente tumbada en la cama. Necesito hacer algo y no pensar más en esta pataleta tan tonta. Llamo a Marta y espero impaciente a que conteste.
-¿Sí? ¿Annita, qué pasa?
-Hola Marta. Oye ¿Por qué nos vamos juntas esta tarde a Madrid y ya nos quedamos allí para salir mañana con el resto del equipo? Yo todavía tengo allí mi casa, así que podemos salir a tomar algo por la noche y luego te vienes a dormir. No hay mucho espacio pero puedes dormir conmigo en mi cama.
-¿Quién eres tú y qué has hecho con Anna Simon? ¿Desde cuándo te has vuelto tan fiestera? Jajajajaja
-Bueno, no sé… es que tengo ganas de veros y no puedo esperar hasta mañana. Así por lo menos te veo a ti antes y hacemos una noche de chicas.
-¡¡No le puedo decir que no a una noche de chicas!! ¿Dónde y cuándo nos vemos?
-Podemos coger el avión de las 16:00, que a esa hora no suele volar mucha gente y casi seguro que hay billete para las dos. ¿Te parece bien?
-Por mí, perfecto.
-Vale, pues nos vemos a las 15:00 en el aeropuerto ¿Vale? Te da tiempo a coger el tren hasta Barcelona ¿Verdad?
-Sí, no te preocupes. Voy a ir haciendo ya la maleta.

-Venga, yo también, que si no luego se me hace tarde jajaja –Las dos reímos y nos despedimos rápidamente. No podemos perder ni un segundo porque vamos muy justas de tiempo, pero al menos así no pienso en el día tan raro que llevo hoy.

4 comentarios:

  1. Uy uy uy, aqui se cuece a algo... jeje Siguiente prontito!!

    ResponderEliminar
  2. Annita que te pasa algo con Dani eh eh eh eh. Siguieeentee ! @valentinasevi

    ResponderEliminar
  3. Uy uy uy Annita Annita que le pierde un paletillo de León que yo me sé…
    Que buena pinta tiene para el siguiente. Genial!!:)
    Neeect prontito:3

    ResponderEliminar
  4. Gracias por los comentarios!! Intentaré subir el próximo cuanto antes! :)

    ResponderEliminar