Todavía en
la cama y con los ojos cerrados, giro sobre mí misma para cambiar de posición.
Respiro hondo y sonrío Hoy es uno de estos días en los que no necesitas que
ocurra nada bueno para estar de buen humor.
Froto mi
dedo pulgar contra el anular y toco el anillo al mismo tiempo en el que mi
mente dibuja una vez más el maravilloso día de ayer. Las notitas de Dani, el
ramo de flores, el pasillo lleno de fotos, lo guapísimo que estaba cuando le vi
al entrar en la habitación, esas palabras que me dijo, la noche llena de pasión
y caricias y esas dos horas en las que estuvimos hablando después de hacer el
amor.
Y aquí estoy
hoy, en un hotelito rural de Toulouse, sin horarios, sin preocupaciones y
acompañada del hombre más maravilloso que jamás podría imaginar. Me resulta
raro que no esté abrazándome como hace siempre, pero no pasa nada. Para eso
estoy yo, para abrazarle siempre que él no lo esté haciendo.
Estiro un
poco el brazo buscando el contacto con su piel, pero no la encuentro y lo
estiro un poco más creyendo que está más lejos de lo que yo pensaba y asombrada
porque no recordaba que la cama fuera tan grande.
¡No está!
¡Dani no está! Abro rápidamente los ojos y, efectivamente, veo las sábanas
revueltas, pero no está él. Me siento sobre la cama y vuelvo a girar sobre mí
misma. Entonces le veo y sonrío. Me quedo un rato observándole asomado en el
balcón en bóxers, disfrutando del precioso amanecer que se ve desde nuestra
habitación. Veo que como es costumbre en él, tiene el iPhone en la mano y se me
ocurre una cosa.
Cojo también
mi móvil y justo después de ponerlo en silencio, le hago una foto que queda
incluso mejor de lo que yo me esperaba gracias al efecto de contraluz que crea
el sol. Se la mando por whatsapp y le escribo:
“Hoy me he
despertado con estas vistas… Crees que debería aprovecharlas?”
Segundos más
tarde, vibra el móvil de Dani y lo mira. No le veo la cara, pero sé que ha
sonreído al ver mi mensaje en la pantalla. Sin darse la vuelta para mirarme,
comienza a escribir y a mí me entra un cosquilleo en el estómago mientras
espero su respuesta.
“Creo que el
paleto ese de la ventana se enfadaría si no las aprovecharas”
“Entonces
creo que no voy a hacer nada. A veces me gusta picar a ese paleto hasta que se
acaba rindiendo a mis encantos”
“Pues esta
vez no te saldrás con la tuya” –Veo que ya no habla de él mismo como si fuera otra
persona. Se ha picado y me río en silencio para que no me oiga – “Nos vemos en
el balcón”
“Tan seguro
estás de que no sucumbirás a mis encantos”
“Segurísimo”
Busco en la
galería de imágenes y le envío la foto de nuestro primer desayuno. –“Tú crees?”
“He de
reconocerte que me estás haciendo dudar”
“A ver si
con esto aclaras un poco tus ideas” -Me peino un poco con las manos, me
pellizco las mejillas para darle color y me destapo un poco dejando a la vista
mi costado desnudo. Hago la foto y se la envío. Cuando le llega, gira su cuerpo
por completo y me mira, pero se queda
apoyando su cuerpo en el balcón con las manos estiradas sobre la barandilla y
me sonríe. Le hago un gesto con el dedo indicándole que se acerque, pero él se
cruza de brazos y mueve la cabeza de un lado a otro haciéndome ver que esta vez
no he ganado todavía.
En un último
intento por ablandarle, le miro a los ojos poniendo cara de pena mientras me
destapo un poco más sin conseguir que Dani se mueva ni un centímetro.
Finalmente me rindo y con el entrecejo fruncido me levanto de la cama y camino
hasta él con paso firme fingiendo estar enfadada. No le miro a la cara porque
no quiero que me haga reír y me coloco de espaldas a él apoyándome contra su
pecho mientras cruzo los brazos. Él me rodea la cintura con los suyos y me da
un beso en la cabeza.
-Vaya,
Simon. Creo que esta vez no te has salido con la tuya. –Dice susurrándome al oído.
Aparta el pelo de mi cuello y lo besa.
-Déjame en
paz. –Digo aún sin mirarle.
-¿Por qué? –Me
vuelve a besar.
-Porque
estoy enfadada.
-¿Entonces
por qué has venido hasta aquí? –Me aprieta más fuerte contra él y roza sus
dedos con mi piel mientras me muerde la oreja. Yo no aguanto más, me giro y le beso
al mismo tiempo que dejo caer mis manos en su pecho.
-Porque te
quiero demasiado. –Le vuelvo a besar saboreando de nuevo esa sensación de
felicidad que te hace estar eufórico sin saber por qué y que te hace sonreír
con la inocencia de un niño pequeño. Por
primera vez le miro a los ojos desde que me levanté de la cama y me emociono un
poco al ver que están llenos de luz. –Porque necesitaba desayunar tus besos.
-Veo que se
ha levantado usted cariñosa, Señora de Martínez. –Dice sonriendo.
-¿Y por qué
no Señor de Simon? Suena mucho mejor.
-Vaya…
Cariñosa y peleona.
-Peleemos
entonces. –Digo procurando que se me entienda lo mejor posible mientras le
muerdo el labio inferior.
-¿Estás segura?
Luego no vale decir que pare, sino que tendrás que admitir tu derrota. –Me da
un beso ligero que me deja con ganas de más.
-A ver si el
que va a tener que admitir su derrota eres tú, que te veo muy subidito esta
mañana.
-Ya lo
veremos. –Me levanta del suelo cogiéndome por la cintura y me lleva a la cama
mientras intento deshacerme de él sin obtener éxito alguno. Una vez allí, se
sienta sobre mi cadera, dejando prácticamente inutilizadas mis piernas y
comienza a hacerme cosquillas. Yo intento esquivar sus manos mientras me río a
carcajadas, pero es imposible. Está claro que Dani ha nacido con el don de
hacer reír a cualquiera, sea del modo que sea.
-Esta vez
voy a aguantar ¡La honra de mi familia está en juego! –Digo bromeando.
-Tus aguantes
no duran ni cinco minutos, Simon. –En un momento de flaqueza de Dani, consigo
mantener sus manos sobre el colchón y aprieto mi abdomen para levantarme y
darle un beso, pero rápidamente consigue escapar y la rapidez vuelven a sus
manos hasta hacer incluso que se me salten las lágrimas.
Yo intento
no reírme, mantenerme seria, pero con Dani es totalmente imposible y justo
cuando estoy a punto de rendirme, suena la melodía de mi móvil y los dos nos
quedamos quietos durante unos segundos. Finalmente, Dani estira el brazo y me
lo da para que yo pueda contestar a la llamada mientras se distrae dándome
besos en la tripa.
-¿Quién es?
ahiii!!! no nos dejes con la intriga! me he enamorado del momento! siguiente :)
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