viernes, 20 de diciembre de 2013

Capítulo 48. ¿Quién es?

Todavía en la cama y con los ojos cerrados, giro sobre mí misma para cambiar de posición. Respiro hondo y sonrío Hoy es uno de estos días en los que no necesitas que ocurra nada bueno para estar de buen humor.
Froto mi dedo pulgar contra el anular y toco el anillo al mismo tiempo en el que mi mente dibuja una vez más el maravilloso día de ayer. Las notitas de Dani, el ramo de flores, el pasillo lleno de fotos, lo guapísimo que estaba cuando le vi al entrar en la habitación, esas palabras que me dijo, la noche llena de pasión y caricias y esas dos horas en las que estuvimos hablando después de hacer el amor.
Y aquí estoy hoy, en un hotelito rural de Toulouse, sin horarios, sin preocupaciones y acompañada del hombre más maravilloso que jamás podría imaginar. Me resulta raro que no esté abrazándome como hace siempre, pero no pasa nada. Para eso estoy yo, para abrazarle siempre que él no lo esté haciendo.
Estiro un poco el brazo buscando el contacto con su piel, pero no la encuentro y lo estiro un poco más creyendo que está más lejos de lo que yo pensaba y asombrada porque no recordaba que la cama fuera tan grande.
¡No está! ¡Dani no está! Abro rápidamente los ojos y, efectivamente, veo las sábanas revueltas, pero no está él. Me siento sobre la cama y vuelvo a girar sobre mí misma. Entonces le veo y sonrío. Me quedo un rato observándole asomado en el balcón en bóxers, disfrutando del precioso amanecer que se ve desde nuestra habitación. Veo que como es costumbre en él, tiene el iPhone en la mano y se me ocurre una cosa.
Cojo también mi móvil y justo después de ponerlo en silencio, le hago una foto que queda incluso mejor de lo que yo me esperaba gracias al efecto de contraluz que crea el sol. Se la mando por whatsapp y le escribo:
“Hoy me he despertado con estas vistas… Crees que debería aprovecharlas?”
Segundos más tarde, vibra el móvil de Dani y lo mira. No le veo la cara, pero sé que ha sonreído al ver mi mensaje en la pantalla. Sin darse la vuelta para mirarme, comienza a escribir y a mí me entra un cosquilleo en el estómago mientras espero su respuesta.
“Creo que el paleto ese de la ventana se enfadaría si no las aprovecharas”
“Entonces creo que no voy a hacer nada. A veces me gusta picar a ese paleto hasta que se acaba rindiendo a mis encantos”
“Pues esta vez no te saldrás con la tuya” –Veo que ya no habla de él mismo como si fuera otra persona. Se ha picado y me río en silencio para que no me oiga – “Nos vemos en el balcón”
“Tan seguro estás de que no sucumbirás a mis encantos”
“Segurísimo”
Busco en la galería de imágenes y le envío la foto de nuestro primer desayuno. –“Tú crees?”
“He de reconocerte que me estás haciendo dudar”
“A ver si con esto aclaras un poco tus ideas” -Me peino un poco con las manos, me pellizco las mejillas para darle color y me destapo un poco dejando a la vista mi costado desnudo. Hago la foto y se la envío. Cuando le llega, gira su cuerpo por completo  y me mira, pero se queda apoyando su cuerpo en el balcón con las manos estiradas sobre la barandilla y me sonríe. Le hago un gesto con el dedo indicándole que se acerque, pero él se cruza de brazos y mueve la cabeza de un lado a otro haciéndome ver que esta vez no he ganado todavía.
En un último intento por ablandarle, le miro a los ojos poniendo cara de pena mientras me destapo un poco más sin conseguir que Dani se mueva ni un centímetro. Finalmente me rindo y con el entrecejo fruncido me levanto de la cama y camino hasta él con paso firme fingiendo estar enfadada. No le miro a la cara porque no quiero que me haga reír y me coloco de espaldas a él apoyándome contra su pecho mientras cruzo los brazos. Él me rodea la cintura con los suyos y me da un beso en la cabeza.
-Vaya, Simon. Creo que esta vez no te has salido con la tuya. –Dice susurrándome al oído. Aparta el pelo de mi cuello y lo besa.
-Déjame en paz. –Digo aún sin mirarle.
-¿Por qué? –Me vuelve a besar.
-Porque estoy enfadada.
-¿Entonces por qué has venido hasta aquí? –Me aprieta más fuerte contra él y roza sus dedos con mi piel mientras me muerde la oreja. Yo no aguanto más, me giro y le beso al mismo tiempo que dejo caer mis manos en su pecho.
-Porque te quiero demasiado. –Le vuelvo a besar saboreando de nuevo esa sensación de felicidad que te hace estar eufórico sin saber por qué y que te hace sonreír con la inocencia de un niño pequeño.  Por primera vez le miro a los ojos desde que me levanté de la cama y me emociono un poco al ver que están llenos de luz. –Porque necesitaba desayunar tus besos.
-Veo que se ha levantado usted cariñosa, Señora de Martínez. –Dice sonriendo.
-¿Y por qué no Señor de Simon? Suena mucho mejor.
-Vaya… Cariñosa y peleona.
-Peleemos entonces. –Digo procurando que se me entienda lo mejor posible mientras le muerdo el labio inferior.
-¿Estás segura? Luego no vale decir que pare, sino que tendrás que admitir tu derrota. –Me da un beso ligero que me deja con ganas de más.
-A ver si el que va a tener que admitir su derrota eres tú, que te veo muy subidito esta mañana.
-Ya lo veremos. –Me levanta del suelo cogiéndome por la cintura y me lleva a la cama mientras intento deshacerme de él sin obtener éxito alguno. Una vez allí, se sienta sobre mi cadera, dejando prácticamente inutilizadas mis piernas y comienza a hacerme cosquillas. Yo intento esquivar sus manos mientras me río a carcajadas, pero es imposible. Está claro que Dani ha nacido con el don de hacer reír a cualquiera, sea del modo que sea.
-Esta vez voy a aguantar ¡La honra de mi familia está en juego! –Digo bromeando.
-Tus aguantes no duran ni cinco minutos, Simon. –En un momento de flaqueza de Dani, consigo mantener sus manos sobre el colchón y aprieto mi abdomen para levantarme y darle un beso, pero rápidamente consigue escapar y la rapidez vuelven a sus manos hasta hacer incluso que se me salten las lágrimas.
Yo intento no reírme, mantenerme seria, pero con Dani es totalmente imposible y justo cuando estoy a punto de rendirme, suena la melodía de mi móvil y los dos nos quedamos quietos durante unos segundos. Finalmente, Dani estira el brazo y me lo da para que yo pueda contestar a la llamada mientras se distrae dándome besos en la tripa.

-¿Quién es?

1 comentario:

  1. ahiii!!! no nos dejes con la intriga! me he enamorado del momento! siguiente :)

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