-¡Buenos
días, Annita! –Reconozco su voz al momento. –No estabas dormida ¿No?
-No, no te
preocupes, Flo. Ya llevaba un rato despierta. –Contesto un poco asfixiada
cansada del juego de antes con Dani.
-¿Te pillo
en mal momento? Si quieres te llamo más tarde. –Dice al notar que respiro más
agitada de lo normal.
-No, en
serio. Estoy bien ¿Qué querías? –Dani sigue dándome besos por todo el cuerpo y
de vez en cuando se le escapa algún mordisco. Le miro sonriente mientras le acaricio
el pelo y le lanzo un beso sin hacer ruido.
-Quería
hablarte sobre el libro. Al parecer no pueden darnos tanto tiempo para que
escribamos cada uno nuestra parte por no sé qué de la edición o algo de eso me
han dicho.
-Ajá. –Digo
prestándole más atención a Dani que a él.
-Tenemos un
mes para entregar el primer borrador. Ya sé que es muy precipitado, pero
conociéndote supongo que ya habrás
escrito hasta el prólogo. A quien tendremos que apretar las tuercas seguramente
será a Dani, que estará de arriba para abajo con sus bolos y sus cosas.
-Bueno… La
verdad es que yo tampoco lo he empezado. –Digo sintiéndome culpable.
-¿Cómo? No
puede ser, Anna ¡Tú siempre lo haces todo con meses de antelación! ¿Es por lo
que te pasaba cuando fuimos a cenar con el equipo?
-No, es que…
-Intento explicarle el por qué no lo he hecho, pero realmente no tengo ninguna
excusa. –No sé. Últimamente mi vida ha cambiado mucho -Dani se queda quieto
escuchándome. – Y han sido muchas cosas en tan poco tiempo… Si te soy sincera,
no me lo he tomado en serio.
-¿Cómo que
no te lo has tomado en serio, Anna? –El tono de Flo me hace ver que está
enfadado. –Esto es trabajo, no un juego al que decides cuándo jugar y cuándo no
¿Pretendes reunir todos tus recuerdos de la época de Tonterías en tan solo una
semana? Estas cosas no se hacen así Anna, así no.
-Tienes toda
la razón, Flo. Y de veras que lo siento mucho, pero me han surgido imprevistos
y no he sabido compaginarlo todo. Te prometo que a partir de ahora me lo voy a
tomar muy en serio.
-Está bien.
Estoy seguro de que eres capaz de hacerlo increíblemente bien en el tiempo que
te queda, pero no lo atrases más, por favor.
-Te he dado
mi palabra. Va a salir genial. –Dani no entiende por qué la expresión de mi
cara se ha convertido tan rápidamente en un gesto tan serio y me mira
preocupado intentando averiguar lo que ocurre.
-Seguro que
sí. Y lo siento por haber sido tan brusco… Ya sé que llevas tres años
trabajando sin parar para este equipo y que te mereces un descanso, pero quiero
que este proyecto salga bien. Va a tener mucho valor para los tontacos y ellos
se merecen que esté hecho con mucho tiempo, esfuerzo y cariño.
-No lo
dudes, padre. Vamos a conseguir que se vuelvan a sentir orgullosos de ser
tontacos. –Al oír esta última palabra, Dani se impacienta aún más por saber de
qué estamos hablando y pega su oreja al teléfono intentando enterarse de lo que
dice Flo.
-Una última cosa antes de colgar, Anna. Quería pedirte que
leyeras lo que llevo escrito hasta ahora para ver qué te parece y así tener una
segunda opinión. Si quieres te invito esta noche a cenar a casa y lo vemos
juntos ¿Te apetece?
-Me apetece
muchísimo, pero me va a ser imposible. Ahora mismo estoy en Toulouse. –Digo intentando
aparentar normalidad.
-¿En
Toulouse? ¡Sí que necesitabas desconectar! Entonces no te preocupes, y descansa
el tiempo que estés allí. Llamaré a Dani a ver si él puede echarme una mano.
-Bueno… Creo
que él tampoco va a poder. –Digo sabiendo que el siguiente paso será confesarle
que estamos juntos.
-¿Por qué?
¿Le ha pasado algo?
-Que se ha
enamorado. –Contesto un poco avergonzada y veo cómo Dani se sonroja al oírlo de
mi boca.
-¿Qué se ha
enamorado? Pues con más razón se tiene que venir a cenar, que me tiene que poner
al día. –Dice bromeando. –Ya me avisarás cuando vuelvas a Madrid para hablar
sobre el libro ¿Vale?
-No, Flo. No
me has entendido. –La garganta se me seca y el corazón me late tan deprisa que
parece que se me va a salir del pecho. Me habría gustado decírselo cuando lo
tuviera delante, pero el destino ha querido que sea en este momento.
-¿Cómo? –Dani
me coge la mano y la aprieta con fuerza para transmitirme seguridad.
-Que Dani no
está en Madrid, sino en Toulouse. Concretamente a mi lado.
-¿Entonces
es cierto todo lo que dicen la prensa y las redes sociales? ¿Estáis saliendo? –Noto
que está un poco molesto.
-Sí. –Contesto
en voz baja como si así tuviera menos importancia.
-Anna. –Se queda
callado unos segundos y después continúa. –No sé qué te está pasando
últimamente pero no eres tú. –Sus palabras me duelen tanto que se me humedecen
los ojos
-Claro que
soy yo, Flo.
-Anna, tú
antes no irías tan a tu bola como ahora. Antes tenías la cabeza más centrada.
-¿Acaso el
amor no consiste en descentrarte y volverlo todo del revés por la persona a la
que amas?
-La Anna
Simon que yo conozco era una persona responsable que no se habría liado con uno
de sus mejores amigos poniendo en riesgo todo un proyecto en el que hay muchísimas
personas involucradas.
-Lo que Dani
y yo sentimos no va a afectar a nuestro trabajo. Sabremos separar lo personal
de lo profesional y nadie tendrá que verse perjudicado.
-¿Qué no va
a afectar? ¡Ya está afectando, Anna! ¿O a caso no has dejado completamente de
lado el borrador que te ha encargado el Grupo Planeta?
-Eso no
significa que no lo vaya a entregar a tiempo.
-Mira, Anna.
Te voy a ser totalmente sincero. –Su tono de voz cambia por completo siendo
ahora mucho más calmado que el de antes. –Yo te quiero porque eres mi Annita y
siempre lo serás; pero también quiero a Dani. Me preocupa que os hagáis daño el
uno al otro. Para mí el libro es lo de menos. No pasa nada si no cumplimos los
plazos porque si el Grupo Planeta no nos lo quiere publicar, ya encontraremos a
otros que sí quieran hacerlo; pero yo he visto nacer a esta gran familia y no
quiero que se rompa por una tontería.
-Esto no es
una tontería. –Digo un poco molesta.
-Hagamos una
cosa. Disfrutad del viaje todo lo que podáis, que para eso sois jóvenes todavía
y cuando volváis, avísame ¿Vale? Quedamos un día y lo hablamos tranquilamente.
Luego seréis libres de hacer lo que queráis, pero al menos escuchad lo que os
tenga que decir.
-Está bien…
-Y perdona
por lo brusco que he sido. Ya sabes que no suelo ser así, pero han sido
demasiadas bombas en una sola llamada y no he sabido cómo actuar.
-No te
preocupes. Está todo olvidado.
-Gracias,
Anna.
-A ti, por
crear todo esto.
-Nos vemos
cuando vuelvas entonces ¿No?
-Por supuesto.
-Un beso,
Simon.
-Otro para
ti, padre. Y no olvides que te quiero mucho.
-Yo a ti
también. Os quiero a los dos. Al fin y al cabo, todo esto no sería posible sin Anna
Simon y Dani Martínez ¿No? –Dice con voz melancólica. Me apuesto lo que sea a
que se le han empañado los ojos al otro lado del teléfono.
-Y mucho
menos sin Florentino Fernández.
Terminamos
de despedirnos y colgamos casi al mismo tiempo. Yo me quedo mirando a Dani
mientras contengo mis lágrimas de dolor y de nostalgia a causa de la
conversación que acabo de tener. Sin decir nada, me abraza fuerte, me besa en
la mejilla y me aprieta un poco más.
-Nos
volvemos a Madrid ¿No?
-Sí. –Digo justo
antes de romper a llorar.
-Vamos, mi
amor, no te pongas así. –Sostiene mi cara entre sus manos y seca mis mejillas
con sus pulgares. –Es normal que Flo se preocupe, pero ya verás como nos acaba
entendiendo.
-¿Y si no lo
hace?
-Anna,
estamos hablando de Flo. Él quiere lo mejor para nosotros y lo mejor para mí
eres tú.
-Dani, no
quiero que nos vayamos si tú no quieres.
-Yo lo que
quiero es que hables con Flo y dejes de preocuparte. Ya tendremos tiempo de
volver a Toulouse.
-Vale, pero
la próxima vez traemos maletas. –Digo riéndome.
-La próxima
vez traemos a Flo si hace falta. –Contesta bromeando.
-Mejor tú y
yo solos. –Le beso apoyando mis manos en su nuca. -Gracias por todo, Dani.
Gracias por Toulouse.
La que tiene los ojos empañados soy yo capulli!! Que "Gracias a Toulouse" ni que leches, gracias a ti por escribir estoy PEAZO de capítulos que escribes!!
ResponderEliminarSIGUIENTE!! <3
llorando me encuentro! precioso! espero que flo los entienda :) siguiente :)
ResponderEliminar