-¿Estás
seguro?
-Si
estuviera seguro no sería una locura. –Sonreímos apoyándonos en la boca del
otro, le cojo del brazo y salgo corriendo hacia el coche.
-¡Anna! ¡Que
me voy a caer! –Dice mientras tiro de él.
-¡Venga! ¿O
es que quieres que perdamos el avión?
-¡Pero si
todavía no hemos comprado ni los billetes!
-¡Por eso!
Cuanto antes lo hagamos, antes llegaremos. –Digo mientras entramos en el coche
y cerramos la puerta casi a la vez. Arranco el motor y comienzo a conducir
hasta el aeropuerto. Una vez allí, andamos casi a ciegas mientras nos tapamos
los ojos mutuamente para no ver ninguna pantalla y así no podamos saber el
destino, hasta que por fin llegamos al mostrador y esperamos nuestro turno en
la cola.
-¡Qué
nervios, Dani! ¿Te imaginas que llegamos a un sitio donde haga mucho frío y no
tengamos ninguna ropa de abrigo?
-Bueno, para
eso estoy yo aquí, para darte calor. –Dice mientras me abraza por detrás.
-¿Y si vamos
a algún sitio donde haga mucho calor? ¡No tenemos ni crema solar!
-Si hace
mucho calor ya me encargaré yo de quitarte la ropa para que estés más
fresquita. –Dice susurrándome al oído. Yo sonrío y le beso hasta que la
recepcionista nos interrumpe.
-¡Siguiente!
–Dani y yo nos acercamos al mostrador sonrojados y con risa nerviosa.
-¿Tiene hueco
para dos en el próximo avión que salga? –Dice mirándome a mí en lugar de mirar
a la recepcionista mientras sonríe.
-¿Qué
destino?
-Nos da
igual. El que llegue antes. –La chica nos mira extrañados y yo me escondo tras
el brazo de Dani para que no me vea sonrojarme más aún.
-A ver,
tengo hueco para…
-¡NO! ¡No
nos lo diga! –La recepcionista no entiende nada y está deseando que nos vayamos
para poder seguir atendiendo a gente normal. Dani en cambio se lo está pasando
estupendamente con la situación. –Sólo díganos cuánto cuestan los billetes y
dónde tenemos que coger el avión.
-Está bien…
Les pondré en este vuelo. –Dice mientras teclea en el ordenador.
-Que sea un
sitio bonito, por favor. –Digo asomándome desde detrás de Dani.
-Supongo que
este les gustará. –Dani me coge la mano y la aprieta con fuerza.
-¡Nos vamos
de viaje, mi niña! –Dice ya con los billetes colocados en el mostrador.
-Tienen que
cogerlo en la puerta C-4. La encontrarán por ahí a la derecha. –Señala con la
vista mientras ultima los últimos papeles. –Ya está todo listo. Dense prisa
porque deben facturar en 15 minutos.
-¡Corre
Annita! –Dani me coge de la cintura y me levanta del suelo colocando mi
estómago sobre su hombro y sale corriendo hacia donde nos ha dicho la
recepcionista.
-¡Aaaaah! ¡¡Daniiiii!!
¡¡¡¡AAAAAAHHH!!!! –Grito por todo el aeropuerto mientras me agarro a su
camiseta intentando no caerme. La gente nos mira y sonríe; no sé si por el
hecho del espectáculo que estamos dando o porque saben quiénes somos; y para
colmo, al ser por la noche somos Dani y yo los únicos que rompemos el silencio
que se respira allí. Yo grito, Dani se ríe y así llegamos por fin a la puerta
C-4, donde la gente ya ha empezado a embarcar. Me suelta en el suelo y
esperamos nuestro turno entre besos y carantoñas.
-¿Sabes qué
es lo bueno de esto? –No se separa de mí ni un momento y eso me encanta.
-¿Qué? –Le
doy un beso intrigada por saber cuál será su respuesta.
-Que no nos
pueden perder la maleta porque no tenemos. –Los dos nos reímos, seguramente por
lo nerviosos que estamos, por saber dónde estaremos cuando bajemos del avión,
porque ni siquiera tenemos reservado un lugar para pasar la noche, porque no
hemos avisado a nadie de que no nos verán el pelo en unos días. Pero sobre
todo, ansiosos por estar de nuevo a solas, sin importar en qué lugar del mundo
porque lo único que queremos es seguir amándonos como hasta ahora.
-¡Dani! ¡Que
ya nos toca! –Digo apretándole la mano con fuerza cuando ya sólo tenemos a un señor delante
nuestra en la cola.
-Voy a coger
las maletas, no nos vayan a olvidar. –Yo le miro extrañada hasta que veo que se
agacha con los brazos un poco separados del cuerpo y agarra las asas de dos
maletas que no existen. Se pone erguido de nuevo y finge estar haciendo un
esfuerzo sobrehumano. –Anna, cariño… ¿Qué has metido aquí? ¿¿Piedras??
-Sólo lo
imprescindible, mi amor. –Le doy un pico y sonrío. La gente nos mira sin saber
qué estamos haciendo y cuchichean unos con otros; pero yo me lo estoy pasando
como una niña pequeña y no me puedo parar de reír.
Cuando llega
nuestro turno, Dani sigue fingiendo que va cargado de maletas y así hace todo
el recorrido hasta que llegamos al avión.
-Las damas
primero. –Dice ofreciéndome a mí el sitio de la ventana. Nos sentamos y nos
colocamos bien el cinturón. -¿Dispuesta a recorrer el cielo?
-Contigo
estoy dispuesta a todo ¿Y tú? ¿Tienes miedo? –Digo intentando picarle.
-Ay Simon,
Simon… Ya te he dicho que desde que te tengo a mi lado toco el cielo cada día.
Esto para mí es un día normal. -Alza la barbilla para parecer más convincente.
-Ya… Que tú
te vas cada noche con una chica a hacer sin saber a dónde ¿No?
-Lo siento,
pero no quiero desvelar mis técnicas de seducción. –Sé que está de broma, pero
una pequeña parte de mí no puede evitar pensar que está diciendo la verdad.
-Dani… -Digo
ya más seria. -¿Soy la primera chica con la que haces esto?
-La primera
y la última. –Y justo entonces, el avión comienza a despegar.
Para mi que te vas a quedar un tiempo entre rejas, ya no será por daños psicológicos, si no por un ASESINATO!!
ResponderEliminarTIA, QUE ME HAS MATAO' ASI ¡BANG! QUE YA NO SE QUE ES PEOR, SI TERMINES Y ME DEJES EN ASCUAS O QUE ME MATES CON LA ULTIMA FRASE DE DANI!! SOY UNA INDECISA, LO RECONOZCO, PERO ASI ME QUEDAN DOS TELEDIARIOS CON ESOS CAPITULOS TAN PERFECTOS!!
SIGUIENTE POR FAVOR!! QUE QUIERO SABER A DONDE LEÑES VAN!! <3 :))
que perfecto!!!! me encanta ! siguiente
ResponderEliminar