martes, 5 de noviembre de 2013

Capítulo 40. Aeropuerto

-¿Estás seguro?
-Si estuviera seguro no sería una locura. –Sonreímos apoyándonos en la boca del otro, le cojo del brazo y salgo corriendo hacia el coche.
-¡Anna! ¡Que me voy a caer! –Dice mientras tiro de él.
-¡Venga! ¿O es que quieres que perdamos el avión?
-¡Pero si todavía no hemos comprado ni los billetes!
-¡Por eso! Cuanto antes lo hagamos, antes llegaremos. –Digo mientras entramos en el coche y cerramos la puerta casi a la vez. Arranco el motor y comienzo a conducir hasta el aeropuerto. Una vez allí, andamos casi a ciegas mientras nos tapamos los ojos mutuamente para no ver ninguna pantalla y así no podamos saber el destino, hasta que por fin llegamos al mostrador y esperamos nuestro turno en la cola.
-¡Qué nervios, Dani! ¿Te imaginas que llegamos a un sitio donde haga mucho frío y no tengamos ninguna ropa de abrigo?
-Bueno, para eso estoy yo aquí, para darte calor. –Dice mientras me abraza por detrás.
-¿Y si vamos a algún sitio donde haga mucho calor? ¡No tenemos ni crema solar!
-Si hace mucho calor ya me encargaré yo de quitarte la ropa para que estés más fresquita. –Dice susurrándome al oído. Yo sonrío y le beso hasta que la recepcionista nos interrumpe.
-¡Siguiente! –Dani y yo nos acercamos al mostrador sonrojados y con risa nerviosa.
-¿Tiene hueco para dos en el próximo avión que salga? –Dice mirándome a mí en lugar de mirar a la recepcionista mientras sonríe.
-¿Qué destino?
-Nos da igual. El que llegue antes. –La chica nos mira extrañados y yo me escondo tras el brazo de Dani para que no me vea sonrojarme más aún.
-A ver, tengo hueco para…
-¡NO! ¡No nos lo diga! –La recepcionista no entiende nada y está deseando que nos vayamos para poder seguir atendiendo a gente normal. Dani en cambio se lo está pasando estupendamente con la situación. –Sólo díganos cuánto cuestan los billetes y dónde tenemos que coger el avión.
-Está bien… Les pondré en este vuelo. –Dice mientras teclea en el ordenador.
-Que sea un sitio bonito, por favor. –Digo asomándome desde detrás de Dani.
-Supongo que este les gustará. –Dani me coge la mano y la aprieta con fuerza.
-¡Nos vamos de viaje, mi niña! –Dice ya con los billetes colocados en el mostrador.
-Tienen que cogerlo en la puerta C-4. La encontrarán por ahí a la derecha. –Señala con la vista mientras ultima los últimos papeles. –Ya está todo listo. Dense prisa porque deben facturar en 15 minutos.
-¡Corre Annita! –Dani me coge de la cintura y me levanta del suelo colocando mi estómago sobre su hombro y sale corriendo hacia donde nos ha dicho la recepcionista.
-¡Aaaaah! ¡¡Daniiiii!! ¡¡¡¡AAAAAAHHH!!!! –Grito por todo el aeropuerto mientras me agarro a su camiseta intentando no caerme. La gente nos mira y sonríe; no sé si por el hecho del espectáculo que estamos dando o porque saben quiénes somos; y para colmo, al ser por la noche somos Dani y yo los únicos que rompemos el silencio que se respira allí. Yo grito, Dani se ríe y así llegamos por fin a la puerta C-4, donde la gente ya ha empezado a embarcar. Me suelta en el suelo y esperamos nuestro turno entre besos y carantoñas.
-¿Sabes qué es lo bueno de esto? –No se separa de mí ni un momento y eso me encanta.
-¿Qué? –Le doy un beso intrigada por saber cuál será su respuesta.
-Que no nos pueden perder la maleta porque no tenemos. –Los dos nos reímos, seguramente por lo nerviosos que estamos, por saber dónde estaremos cuando bajemos del avión, porque ni siquiera tenemos reservado un lugar para pasar la noche, porque no hemos avisado a nadie de que no nos verán el pelo en unos días. Pero sobre todo, ansiosos por estar de nuevo a solas, sin importar en qué lugar del mundo porque lo único que queremos es seguir amándonos como hasta ahora.
-¡Dani! ¡Que ya nos toca! –Digo apretándole la mano con fuerza  cuando ya sólo tenemos a un señor delante nuestra en la cola.
-Voy a coger las maletas, no nos vayan a olvidar. –Yo le miro extrañada hasta que veo que se agacha con los brazos un poco separados del cuerpo y agarra las asas de dos maletas que no existen. Se pone erguido de nuevo y finge estar haciendo un esfuerzo sobrehumano. –Anna, cariño… ¿Qué has metido aquí? ¿¿Piedras??
-Sólo lo imprescindible, mi amor. –Le doy un pico y sonrío. La gente nos mira sin saber qué estamos haciendo y cuchichean unos con otros; pero yo me lo estoy pasando como una niña pequeña y no me puedo parar de reír.
Cuando llega nuestro turno, Dani sigue fingiendo que va cargado de maletas y así hace todo el recorrido hasta que llegamos al avión.
-Las damas primero. –Dice ofreciéndome a mí el sitio de la ventana. Nos sentamos y nos colocamos bien el cinturón. -¿Dispuesta a recorrer el cielo?
-Contigo estoy dispuesta a todo ¿Y tú? ¿Tienes miedo? –Digo intentando picarle.
-Ay Simon, Simon… Ya te he dicho que desde que te tengo a mi lado toco el cielo cada día. Esto para mí es un día normal. -Alza la barbilla para parecer más convincente.
-Ya… Que tú te vas cada noche con una chica a hacer sin saber a dónde ¿No?
-Lo siento, pero no quiero desvelar mis técnicas de seducción. –Sé que está de broma, pero una pequeña parte de mí no puede evitar pensar que está diciendo la verdad.
-Dani… -Digo ya más seria. -¿Soy la primera chica con la que haces esto?

-La primera y la última. –Y justo entonces, el avión comienza a despegar.

2 comentarios:

  1. Para mi que te vas a quedar un tiempo entre rejas, ya no será por daños psicológicos, si no por un ASESINATO!!
    TIA, QUE ME HAS MATAO' ASI ¡BANG! QUE YA NO SE QUE ES PEOR, SI TERMINES Y ME DEJES EN ASCUAS O QUE ME MATES CON LA ULTIMA FRASE DE DANI!! SOY UNA INDECISA, LO RECONOZCO, PERO ASI ME QUEDAN DOS TELEDIARIOS CON ESOS CAPITULOS TAN PERFECTOS!!
    SIGUIENTE POR FAVOR!! QUE QUIERO SABER A DONDE LEÑES VAN!! <3 :))

    ResponderEliminar
  2. que perfecto!!!! me encanta ! siguiente

    ResponderEliminar