lunes, 9 de septiembre de 2013

Capítulo 21. Reunión.

Cuando oímos a Flo nos separamos rápidamente. Al intentar mantener esto en secreto parece que estamos haciendo algo malo y cada vez que escuchamos algo o a alguien nos ponemos más nerviosos de lo normal, como si nos fueran a pillar con las manos en la masa.
Dani me da un leve beso en la mejilla y se da la vuelta para salir de la habitación, pero yo le agarro del brazo y hago que pare.
-¡Dani, la corbata!
-Vaya… pensaba que querías otro beso.
-Eso siempre. –Me acerco a él y le doy un pico en los labios. Él sonríe y yo no puedo evitar reírme al ver que otra vez le he dejado la huella de mis labios en su boca. Se la quito como puedo para que no dé mala impresión en la reunión y para que Flo no se entere de lo que ha pasado aquí dentro y empiezo a ponerle la corbata disfrutando del momento, de estar con él a solas una vez más.
-Anda, trae, que ya me la pongo yo. Es mejor que tú te arregles también los labios –Dice con media sonrisa en la boca. Yo me miro al espejo que hay justo encima de la cómoda y veo que tengo todo el pintalabios corrido. Me lo limpio con los dedos como buenamente puedo y aprieto mis labios el uno contra el otro para que los pigmentos queden homogéneos.
-¿Se me nota mucho? –Pregunto para que no quede ningún cabo suelto en nuestra coartada de la corbata.
-¿Qué estás loca por mí? Muchísimo. –Contesta orgulloso como si hubiera ganado una batalla.
-Tonto, me refiero al pintalabios –Digo riéndome.
-Estás preciosa, como siempre. –Yo le regalo una sonrisa y le pego un mordisco al aire como si me lo estuviera comiendo a él. –Vamos para afuera, que Flo se debe estar impacientando. –Me dirijo a la puerta y mientras la abro, Dani se coloca detrás de mí, me agarra de la cintura y me da un beso en el cuello que me deja sin aliento. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo, se me eriza la piel y hasta casi me olvido de cómo respirar; pero intento recomponerme lo antes posible. Ahora se trata de hablar de trabajo.
-¡Pero si ya están aquí! –Dice Flo con los brazos abiertos al vernos llegar al salón. –Mirad, este es Leonardo, de Grupo Planeta.
-Encantado, soy Dani Martínez. –Dani se acerca a él y ambos se dan un apretón de manos.
-Ya. A vosotros os conozco jajajaja.
-Encantada. –Ahora soy yo la que se acerca a él, pero no sé si darle la mano o dos besos. En las reuniones de trabajo siempre me pasa lo mismo porque me pongo muy nerviosa y no sé cómo actuar, por eso espero a que sea él quien dé el paso y, finalmente, se lanza a darme dos besos.
Los cuatro nos sentamos en la mesa del salón de Dani y, tras agradecerle que cediera su casa para el encuentro, comienza a explicarnos muy a fondo cómo sería el proyecto entero. Flo tendrá que contar desde que el momento en el que aparece en su mente la idea de Tonterías las justas y se la comenta a Pablo y a Jorge; y Dani y yo tendremos que hacer un esfuerzo y recordar hasta la llamada que nos hizo Flo al proponernos el trabajo para plasmarla también en el libro. No se puede escapar ningún detalle. Bromas, anécdotas, castings, ideas que finalmente cayeron en saco roto… Cualquier cosa es poca comparado con lo que nuestros fans han hecho por nosotros y ahora es el momento de devolvérselo. Discutimos si contar o no el motivo de la misteriosa desaparición de Paula Garber, Eva Cabezas y Nene; al fin y al cabo, ellos también formaron parte de esta maravillosa familia y se merecen un hueco en el proyecto, pero al parecer el Grupo Planeta no está del todo de acuerdo.  Quedamos en que se les mencionará sutilmente, pero yo sé que Flo va a seguir insistiendo para que tengan el lugar que se merecen y que al final lo acabará consiguiendo.
La reunión termina y parece que los cuatro quedamos bastante satisfechos. Nosotros hemos decidido donar nuestra parte de los beneficios a alguna organización benéfica y Leonardo ha dicho que se lo comentará a sus jefes porque quizás ellos también quieran unirse a la idea y participar con un porcentaje de lo que vayan a ganar ellos.
Antes de despedirnos, Dani propone la idea de hacer un tour por toda España para promocionar el libro y llevar la risa al mayor número de ciudades posibles y quedamos en que se intentará organizar lo mejor posible y que todos pondremos de nuestra parte para que salga estupendamente.
El primero en irse es Lonardo, ya que tenía que dar parte de todo lo sucedido en la reunión a Grupo Planeta antes de la hora de almorzar y Dani, Flo y yo aprovechamos que nos quedamos a solas para picar algo y hablar de todo un poco.
Una vez más, es como si estuviéramos haciendo un programa. Incluso ha dado la casualidad de que nos hemos sentado como en los dos programas en los que estuvimos juntos: Flo en el centro, Dani a su izquierda y yo a su derecha. Todo es genial y se nos pasa el tiempo volando hasta que Flo se da cuenta de que ya es muy tarde y había prometido llevar a Juanito a almorzar a su pizzería favorita, de modo que se despide corriendo, nos hace prometer que volveremos a vernos pronto y se va de casa de Dan cerrando la puerta tras él.
Un segundo después, Dani y yo nos miramos sonriendo y él se abalanza sobre mí para darme un beso en la mejilla. Me coge de la mano y me lleva al sofá, se sienta y me hace un gesto para que me siente sobre sus piernas. Yo obedezco y le rodeo el cuello con mis brazos. Él coloca su mano izquierda sobre mi cadera, pasándola por detrás de mi espalda y su mano derecha sobre mi pierna, donde empieza a hacerme caricias con sus dedos.
-¿Has visto el vídeo que ha subido esta mañana un paleto a Instagram? Decía algo de una tal Simon ¿No? –Dice con esa media sonrisa que me vuelve loca. Yo le acaricio la perilla y le doy un pequeño beso en los labios.
-Internet está lleno de locos –Digo siguiéndole el juego.
-Locos de amor.
-¿Tú crees? Quizás sólo estén intentando pasárselo bien una temporada y ya está. –Aprovecho que estamos fingiendo que hablamos de otras personas y le hago la pregunta que tantas ganas tenía de hacerle. Dani me mira muy serio y me contesta.
-Estoy totalmente seguro de que son locos enamorados. Que hacen locuras porque lo que sienten es tan grande que no son capaces de controlarse. Y que por supuesto, están dispuestos a todo para conseguir que la persona a la que aman sonría como lo estás haciendo tú ahora. –Al oírlo me doy cuenta de que sí, que estoy sonriendo como una tonta embobada con lo que dice. Pego mi frente a la suya, le acaricio el pelo con mi mano y me quedo así, respirando su aliento.

-¿Te quedas a almorzar? Quiero pasar el resto del día contigo.

2 comentarios:

  1. Me gusta eso de que mezcles escenas Dannas con escenas Tontacas. Este capítulo te ha quedado genial Cris! Siguiente prontito <3

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