-Pues eso, que ya deberíamos
contarlo. –Dice sonriente mientras me aparta un mechón de pelo de la cara.
–Estoy seguro de que todos se alegrarán.
-Dani, yo… -Le veo tan feliz que me
cuesta mucho decirle que no, pero debo hacerlo. –No creo que sea lo más
adecuado. –Tras decirle esto no puedo seguir aguantándole la mirada y bajo mis
ojos a su pecho.
-¿Por qué? ¿Tienes miedo de que esto
no salga bien? –Dice apoyando las manos en la cama para incorporarse y quedarse
sentado. Al hacerlo, yo me separo un poco de él y también me siento.
-No es eso. –Suspiro. –Es que sabes
que no me gusta que mi vida privada se convierta en algo público.
-Vamos Anna, no vamos a ir contándolo
por los platós de televisión. –Dice un poco molesto.
-Ya lo sé, pero es que yo soy
presentadora y no he estudiado una carrera para acabar saliendo en las revistas
porque nos hayan visto juntos por la calle.
-Así que es eso ¿No? –Veo ira en su
mirada. –Como yo no terminé la carrera no quieres que se sepa que estamos
juntos.
-Yo no he dicho eso, Dani. –Intento
acariciarle la cara, pero él la aparta al ver que alargo el brazo y siento como
si algo dentro de mí se acabara de romper. Tengo ganas de llorar, pero no
quiero que me vea hacerlo. No por esta tontería sin sentido. –Vamos, no te
pongas así. Te aseguro que nadie más que yo se muere de ganas por gritar que te
quiero, pero quiero gritárselo a quien de verdad se lo merece y no creo que
“Telecirco” sea uno de ellos.
-¿A quien de verdad se lo merece?
–Ríe irónico -¿Y no crees que quien más se lo merece son nuestros fans? Ellos
lo vieron mucho antes que nosotros, Anna. Son los que nos han insistido año
tras año, sin importar los programas que pasaran, los rumores que hubiera. Ni
siquiera les importó que dejáramos de trabajar juntos porque confiaban en que
un día nos diéramos cuenta de eso que ellos veían claro desde el principio
¿Sabes cuántas sonrisas podríamos provocar con tan sólo decir que te quiero?
-No te falta razón, Dani, pero me
niego a acabar con un futuro como el de Romina, todas las semanas en las
revistas del corazón siendo conocida como “La novia de…”. Yo quiero que se me
reconozca por mi trabajo. Por mis éxitos y también por mis fracasos, pero que
sea algo por lo que yo haya trabajado.
-Te niegas ¿No?
-Sí. –Quizás “negarse” sea una
palabra demasiado dura, pero soy yo la que toma las decisiones sobre mi vida y
tengo muy claro lo que quiero y lo que no.
-Está bien. Entonces no hay nada más
que hablar. –Se acuesta en la cama y se gira dándome la espalda. –Buenas
noches.
-Dani… -Me acerco a él apoyándome
sobre su brazo.
-Anna, estoy candado y quiero dormir.
–No le contesto. Aunque quisiera, no podría hacerlo a causa del nudo que tengo
ahora mismo en la garganta mientras intento contener mis lágrimas. Me acuesto
despacio en el otro lado de la cama, dejando un gran espacio entre mi cuerpo y
el de Dani y apago la luz dándole al interruptor que hay justo al lado del
cabecero. Giro mi cabeza hacia Dani, que sigue dándome la espalda y finalmente
me quedo bocarriba intentando controlar mi respiración para que no note que
estoy llorando. Los segundos se me hacen eternos y los centímetros que me
separan de Dani me parecen kilómetros. No puedo creer que haya pasado esto, que
estemos así después de haber pasado nuestra primera noche juntos y todo por una
discusión casi sin importancia.
Sigo intentando contener mis
lágrimas, lo cual me resulta imposible hasta que, al respirar, un impulso hace
que coja aire más fuerte de lo normal, dejando así mis sentimientos al
descubierto. Me quedo quieta, sin ni siquiera parpadear, deseando que Dani no
lo haya oído. De repente, noto cómo me coge la mano y la aprieta haciéndome
saber que está conmigo a pesar de todo. Yo le acaricio el brazo con mi otra
mano y finalmente él se gira, se acerca hacia mí y me abraza. Hundo la cabeza
en su pecho para que no me vea llorar, pero al tenerlo tan cerca lo único que
consigo es incrementar mis lágrimas por haber sido tan tonta de dejar que
llegáramos a este punto.
-Lo siento, Anna. Lo siento. –Me aprieta
contra él y me besa la frente. -No era mi intención hacerte daño. Yo sólo
quería poder disfrutar de ti en público sin tener que escondernos de nada ni
nadie porque no estamos haciendo nada malo. Sólo estamos amándonos, Anna. –Alzo
la cabeza y le miro a los ojos que también los tiene húmedos como yo. Cojo aire
para hablar pero me interrumpe antes de que empiece a pronunciar la primera
palabra. –Si no te sientes cómoda no pasa nada. Respetaré tu decisión, pero al
menos me tendrás que dejar que le mande la foto a Chuspi. –Dice riendo. Yo
sonrío y él me besa. No sé cómo lo hace pero siempre sabe darle la vuelta a la
situación con una sola frase y al menos ahora ya estoy más relajada. –Siento
mucho haberte estropeado la noche…
-Hace muy poco alguien muy especial
me dijo que no importaba el pasado ni el futuro, sino lo que estás viviendo en
el presente; y creo que ahora mismo no podría estar en mejor compañía que
contigo. –Dani coloca su dedo índice sobre mi barbilla alzando mi cara para
besarme.
-Anna, eres increíble –Dice posando
su mano sobre mi cadera desnuda para acercarme más a él. –Te quiero.
-Yo a ti también te quiero. –Nos
volvemos a besar y entre caricias y susurros nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente, un intenso
aroma a café recién hecho me despierta. Abro los ojos para deleitarme con su
rostro, pero no está. Justo entonces le oigo tararear desde la cocina. Es un
ritmo que me suena familiar, pero no consigo reconocerlo hasta que le oigo
decir “Y es que esta chica me ha robado toda la atención, es que no hay día que
no mire la televisión. Para ella escribo toda esta canción. Estoy enamorado de
Anna Simon”. No puedo hacer más que sonreír. Creo que ha llegado el momento de
devolverle lo de Instagram.
Geeeenal,como siempre,a ver que le prepara Anna jajaja NEEXT@valentinasevi
ResponderEliminarme encanta! siguiente :)
ResponderEliminar