Me siento rápidamente sobre el césped, aunque no quito la
mano de su pecho y le miro a los ojos intentando descifrar qué oculta su
mirada. No parece estar de broma, o al menos lo disimula muy bien.
-Anna, de verdad que yo no he forzado esto… Ha sido sin
querer. –Mi corazón comienza a latir a una velocidad desorbitada y mis músculos
se tensan cada vez más. Mis ojos se van empañando poco a poco, pero no puedo
apartarle la mirada. Lo veo tan dolido que no puedo y sinceramente no sé qué
hacer. No me esperaba esto, después de tantos altibajos en solo dos días, esto
era lo último que podría llegarme a imaginar. - No estaba muy seguro de lo que
sentía hacia ti y por eso te dije lo del baño antes, porque pensé que era sólo
eso. O más bien quería que sólo fuera eso porque no quiero perderte como amiga.
–Una lágrima desciende lentamente por su mejilla y yo me lanzo a él y le beso.
No dejo que termine, sólo le beso suavemente pero él no responde. Me aparto
nerviosa sin entender nada; ni siquiera entiendo por qué lo he hecho. Ha sido
un impulso tan rápido que no me ha dado tiempo ni a pensar.
Me separo de él mirándole a los ojos. Está paralizado, como
en estado de shock, pero al ver cómo me alejo de su boca por fin reacciona y se
sienta él también sobre el césped, agarra mi nuca con su mano derecha y se
acerca a mí hasta pegar sus labios con los míos. Primero los roza, despacio,
respirando mi aliento, y finalmente me devuelve el beso. Un beso dulce e íntimo
que me hace asombrarme de los sentimientos que despierta en mí.
Millones de dudas pasan por mi cabeza ¿De verdad estará
enamorado? ¿Qué va a pasar a partir de ahora? ¿Y si mañana se arrepiente de
todo esto? ¿Puede que esté confundido con todo lo que Marta le ha dicho esta
noche?
De repente Dani deja de besarme y pega su frente a la mía.
-Anna ¿Estás segura de esto? –Me dice casi en susurros.
-¿Tú lo estás? –Antes de responder necesito saber qué siente
él verdaderamente.
- Yo estoy seguro de que te necesito a mi lado, que no quiero
que te vuelvas a marchar de mi vida.
-Entonces yo estoy segura de que no me quiero marchar. –Tras
decir esto, Dani vuelve a besarme, esta vez de forma más intensa y mientras, me
acerca a él con su mano izquierda en mi espalda. Nos abrazamos mientras nos besamos
para sentirnos más cerca y disfrutamos de cada segundo que pasa porque es un
momento único; hasta que mi móvil empieza a sonar y yo dejo de corresponder al
beso. Sonrío aún teniendo mis labios pegados a los suyos y me separo de él para
contestar a la llamada. Dani pone cara de tristeza y me da pequeños jalones de
la camiseta para llamar mi atención como si fuera un niño pequeño.
-¿Diga? –Mientras espero la respuesta, acaricio el rostro de
Dani y le sonrío. Está demasiado guapo con esa cara de niño enfadado.
-Anna, cariño ¿Dónde estás? –Es Marta ¿Al final encontraste a
Dani? Nosotros estamos saliendo ya de la discoteca para irnos a casa. –Al oír
esto me levanto rápidamente y hago gestos a Dani para que se levante también.
-V.vale –Me pongo nerviosa y tartamudeo. –Esperad en la
puerta que Dani y yo vamos para allá. –Al oír esto, Dani entiende lo que está
pasando y se levanta incluso más rápido que yo. Parece que por ahora ninguno de
los dos queremos contar lo que ha pasado esta noche.
Nos recolocamos bien la ropa y comenzamos a andar rápidamente
hasta la puerta de la discoteca. No decimos nada, ni nos miramos. Sólo
caminamos rápido como si estuviéramos haciendo algo malo y quisiéramos huir de
la escena del crimen; y cuando llegamos a donde están los demás, yo me voy
corriendo con las chicas y Dani se queda un poco apartado mirando al suelo con
las manos en los bolsillos.
-Menuda bronca le has echado –Me dice Marta en voz baja
mirando a Dani.
-Si… bueno… Es que me parece fatal que se vaya sin avisar.
-¡Lo ha puesto fino! –Le dice a Cris que está justo detrás
suya. Cuando se gira, Dani aprovecha la ocasión y me regala una sonrisa de
medio lado. Yo me sonrojo y me vuelvo con Marta para intentar disimular.
-Bueno chicos, ha sido una noche maravillosa, mágica, pero yo
me tengo que ir ya, que mañana me toca negociar en Toledo ¡Espero que no
tardemos tanto tiempo en reunirnos otra vez!
-Claro que no, Rulo. Esto tenemos que repetirlo más a menudo –Dice
David.
Todos nos vamos despidiendo y Dani se ofrece a llevarnos a
Marta y a mí en su coche.
-Mejor que no, Dani. Hoy ninguno de nosotros debería coger el
coche.
-Vamos Marta, estoy bien. Yo soy ya bebedor profesional y sé perfectamente
cuál es mi límite ¿Ves? –Dice mientras camina sobre una línea recta imaginaria
colocando los brazos en cruz.
-¿Y si te pilla la policía y das aunque sea un poco más de la
tasa de alcohol permitida, qué? ¡Seguro que sales en todos los medios de
comunicación!
-Está bien, dejo el coche aquí –Dice por fin resignado.
-¡Pues entonces a mí n me va a pillar andando descalza porque
no puedo más con estos tacones!
-¡Ya saltó la catalana! –Dice Dani – ¡Nos cogemos un taxi,
boba! Yo invito, que hoy estoy de celebración. –Y tras soltar la bomba, me mira
sonriendo. Yo le respondo abriendo los ojos como platos y tensando todos los
músculos de mi cuerpo. Marta me mira con cara de no entender nada y es entonces
cuando Dani suelta una carcajada –Anda, vamos a ver si hay alguna parada por
aquí cerca.
Dani comienza a andar y Marta y yo le seguimos. De repente,
se para en seco y se choca conmigo.
-¡Vaya, perdón! –Se gira y me sonríe de forma pícara ¡Será
idiota! ¡Lo ha hecho queriendo! Y lo peor de todo es que a mí me ha gustado.
Ese jueguecillo de lanzarme indirectas delante de gente corriendo el riesgo de
que nos pillen hace que me entre un cosquilleo por el estómago que me encanta;
pero él no va a ser el único que juegue. Ahora yo también quiero participar.
Seguimos caminando, pero no vemos ninguna parada cerca, de
modo que decidimos pararnos y llamar por teléfono para que venga un taxi.
Mientras esperamos, Dani se deja caer en la fachada de un edificio mientras
Marta y yo seguimos guardando la compostura para lucir lo bien que nos sientan
nuestros modelitos, aunque nuestra chapa y pintura está ya un poco hecha polvo.
Yo me acerco despacio a Dani, mientras voy separando un poco
mis labios y le acaricio el mentón con la mano. Cuando veo que él también
comienza a abrir la boca y a acercarse a mí, le sacudo un poco en los pelitos
de la barba y me despego de él.
-Tenías algo ahí. Seguramente sería césped de cuando has
estado tumbado. –Aprovecho que Marta está distraída mirando el móvil y con cara
de satisfacción levanto el dedo índice
de cada mano y moviendo los labios sin pronunciar ni una sola palabra digo:
-¡Uno a uno!
Él me sonríe y me da un abrazo. Yo le corresponde y me
aprieta fuerte contra él. Marta no entiende nada y me mira encogiendo los
hombros esperando que yo le explique lo que está pasando, pero Dani se da
cuenta, me da un beso en la sien, se separa de mí dejando uno de sus brazos
sobre mis hombros.
-¿Qué pasa? –Dice mirando a Marta –La echaba de menos. –Los dos
nos miramos y sonreímos, aunque creo que ella no está demasiado contenta con la
respuesta.
Por fin llega el taxi y parece ser que el conductor es amigo
de la familia de Marta, de modo que ella se sienta delante y Dani y yo nos
sentamos detrás, uno a cada lado del vehículo.
La distancia que nos separa es de menos de un metro, pero a mí me parece
demasiado. Quiero que me vuelva a abrazar como antes, que me bese como antes.
De repente, noto que algo me toca el dedo meñique que tengo
posado sobre el sillón del coche y miro rápidamente pensando que es un mosquito
o algo por el estilo, pero no. Es el dedo meñique más bonito que he visto
nunca. Recorro con la mirada la mano, el brazo, luego el hombro y por fin veo
su cara, sonriente, perfecta. Me lanza un beso sin hacer ruido aunque creo que
Marta no se habría enterado de todas formas porque está demasiado distraída charlando
con el conductor.
Nos llevamos todo el camino así, a ratos disimulando mirando
por la ventana y a ratos haciéndonos carantoñas procurando que ninguno de los
dos nos vean.
Sin darme cuenta, llegamos a mi calle y el taxista para justo
delante de mi portal. Marta y yo nos bajamos y Dani hace lo mismo para
despedirnos. Le da dos besos a Marta, le dice que se lo ha pasado muy bien esta
noche con su jueguecito del “Qué prefieres” y luego se gira hacia mí.
-Ven aquí, Simon, y despídete como es debido, que hacía mucho
tiempo que no nos veíamos. –Se abalanza sobre mí, me abraza y me da dos besos,
pero en el último se toma su tiempo, disfrutando de mí y yo de él. –Espero que
nos veamos pronto. –Ambos nos quedamos mirándonos a los ojos durante unos
segundos hasta que Marta me coge del brazo y tira de mí.
-Vamos, que Emilio tiene que seguir trabajando.
-Venga Emilio, que ahora te toca llevarme a mí ¡Vamos a
hablar de chicas tu y yo! –Dice Dani bromeando mientras se monta en la parte
delantera del coche.
Marta y yo entramos en el portal y subimos las escaleras
porque el ascensor está estropeado, como todo lo que tiene que ver con mi casa.
-Vaya excusa se ha buscado Dani para abrazarte ¡Eh! Se nota
que se moría de ganas por pillar cacho jajajaja
Yo sonrío y le adelanto subiendo las escaleras más deprisa.
Necesito acostarme ya, aunque con todo lo que ha pasado hoy, dudo que consiga
dormirme pronto.
Ayyyyyyyy por fin que se han besado *------*
ResponderEliminarMe encanta todo el capítulo que bonito que bonito y perfecto ahdksbjs a ver que pasa.
SIGUIENTE YAAA BONICA:)
No lo.puedes dejar ahi!! enserio, no puedes!!! sube el.siguiente pronto, muy pronto, vamos...YA!! que estoy deseando que vuelvan a verse
ResponderEliminarPOR FIN SE HAN BESADO!!!! Que monosos por Dios!!! *-----* jajaja El capitulo es perfecto, me encanta! Si es que escribes muy bien :)
ResponderEliminarSiguienteeee porfii :3
WOW! Acabo de descubrir la historia! Y me ha encantado!!! Este capítulo ha sido tan sdfhfdshsv en Twitter soy (@Mikytak07) NEXT!
ResponderEliminarMuchas gracias! Si quieres que te avise cuando suba capítulo dímelo por twitter! :)
EliminarGracias a todas por los comentarios! Así da gusto escribir!!!
ResponderEliminar