Me levanto de la cama aunque todavía sigo en una nube. Vuelvo
a rebuscar en el armario pero ahora lo veo todo mucho más claro. Saco mis
pantalones pitillo bieiges, una camiseta blanca de manga corta y una chaqueta
azul cian. Es cierto que la reunión es importante, pero no por eso tengo que
llevar colores apagados, y menos hoy, que me siento más viva que nunca.
Me empiezo a cepillar el pelo mientras Marta viene a darme
conversación. Me dice que si se puede quedar un par de días más, que le han
llamado de “Con el culo al aire” y la han citado para hacer la lectura de guión
aquí en Madrid, a lo cual yo acepto encantada. Quiero quedarme más tiempo con
Dani, saber qué va a pasar con nosotros y esta es la excusa perfecta para no
irme todavía a Mollet.
-Quédate el tiempo que quieras, aquí no molestas.
-¡Gracias, Anna! –Se acerca a mí y me abraza. -¿Pero no ibas
a coger el avión a Barcelona esta tarde?
-Digamos que ha habido… ¡Cambio de planes! Espero quedarme
aquí una temporadita más.
-¿¿Te han llamado para un nuevo proyecto?? –Dice mientras
dibuja una amplia sonrisa en su rostro.
-Pues un proyecto sí que hay. –Contesto. –Y aunque todavía no
es seguro, yo tengo muchas esperanzas puestas en él.
-¡Ay, Annita, cuánto me alegro!
En ese momento me vuelve a llegar un whatsapp al móvil. Es Flo.
“Te recojo debajo de tu casa a las 11 menos cuarto y vamos
juntos a la reunión”
“Ayer me quedé un poco preocupado”
Yo sonrío al pensar que realmente somos una familia, que nos
apoyamos siempre y que pase lo que pase seguimos unidos.
“Ok, pero no te preocupes por lo de ayer. Todo está
solucionado”
Miro el reloj y son ya casi las 10 y cuarto, así que empiezo
a darme prisa porque todavía no estoy ni vestida. Con ayuda de Marta, consigo
recogerme el pelo en un moño como los que me hacían Ruth y Cris en “Así nos va”.
No nos ha quedado tan bien como a ellas, pero hemos hecho lo que hemos podido.
Me maquillo un poco, intentando dar aspecto de naturalidad y
no sé por qué pero me acuerdo de Lucho. Él era capaz de dejarme perfecta en
menos de 10 minutos. Como aquella vez que tuve que entregar un premio con Flo
en los Premios Iris e íbamos demasiado justos de tiempo. Él sacó sus brochas y
sus pinturas y me dejó realmente bien… A veces le echo de menos, pero no puedo
pensar en eso ahora. Se supone que estoy empezando algo con Dani y no es que
quiera volver con Lucho, pero todavía me tengo que acostumbrar a vivir sin él.
Termino de maquillarme, me visto con la ropa que dejé antes
sobre la cama, me subo a los tacones y ya son justo las 11 menos cuarto. Bajo
las escaleras corriendo para que Flo no tenga que esperar y no lleguemos tarde
a la reunión.
Cuando llego abajo, él ya está allí con el coche, siempre tan
puntual y con esa sonrisa tan tierna que pone cuando está orgulloso de alguno
de nosotros.
Abro la puerta, entro y le doy dos besos.
-¡Buenos días! –Digo sonriendo
-Buenos días, Anna ¡Estás guapísima!
-¡Gracias padre! –Flo arranca y yo le doy un achuchón
intentando no entorpecerle demasiado la conducción.
-Y por lo que veo, estás mucho más contenta que ayer. –Me mira
un segundo y luego vuelve a poner los ojos en la carretera.
-Sí, el problema está ya resuelto, no te preocupes.
-Me alegro mucho ¡Pero ya sabes que para la próxima sólo
tienes que avisarme y me lío a corchopanazos con quien sea! –Dice bromeando. Yo
me río y así, entre bromas y risas continuamos el viaje.
-Ya estamos llegando.
-¿Dónde es la reunión?
-En casa de Dani. Por lo visto han tenido un problema con las
tuberías en el edificio del Grupo Planeta y Dani ha cedido su casa para que la
hagamos allí. -¿En casa de Dani? Hace demasiado tiempo que no voy a su casa.
Puede que me sienta incómoda sabiendo que Dani está en su terreno y yo no… Por
otro lado, la idea de verlo en su ambiente me atrae muchísimo. Siempre me ha
gustado ver cómo se maneja en la cocina, es tan desastre que ni un plato de
macarrones le sale bien, pero él dice que es cocina de autor y se siente
orgulloso de todas sus creaciones. Me llena tanto pensar que nunca se hunde,
que pase lo que pase, siempre tiene una sonrisa y palabras de aliento para
salir del bache y afrontar su próximo reto con más ganas incluso que el
anterior. Es una persona que sabe disfrutar de la vida y apreciar las pequeñas
cosas que realmente nos hacen sonreír. Siempre tan alegre, tan entregado a sus
ideas, tan único al fin y al cabo. Sabe lo que quiere y lucha por conseguirlo,
una y mil veces si hace falta, pero al final siempre lo consigue.
La voz de Flo me saca de mis pensamientos.
-Anna, venga ¿Te vas a quedar ahí para siempre? –Es entonces
cuando me doy cuenta de que ya hemos llegado, que el coche está aparcado y Flo
está fuera pegado a mi ventanilla dando golpecitos para que le haga caso.
-¡Sí! ¡Perdón! Estaba pensando en mis cosas. –Salgo del coche
un poco avergonzada, pero enseguida Flo me abraza y se me pasa.
-¿Qué será eso que tienes en la cabeza y que te hace sonreír
con esa sonrisa tan preciosa?
-Algún día lo sabrás, pero aún es pronto.
-¡Oich! ¡Hay que ver lo que sufrimos los padres a veces por
los hijos! –Dice imitando la voz de su madre. Los dos nos reímos hasta que
llegamos al portal de la casa de Dani. Subimos en el ascensor, algunos tienen la
suerte de que no siempre esté averiado, y cuando llegamos a la puerta, llamamos
al timbre.
Tarda un poco en abrir, pero cuando lo hace me quedo sin
respiración. Está tan guapo con esos pantalones negros y la camisa blanca a
medio abotonar que no sé si darle dos besos o lanzarme a él y no despegarme
nunca más. Flo le da un abrazo y le riñe un poco en broma por estar aún sin
vestir. Cuando entra y se aparta de la puerta, me acerco a Dani para saludarle,
pero él se queda paralizado mirándome.
-Estás preciosa, Anna.
-Gracias. –Digo mientras empiezo a sonrojarme. –Tú también
estás muy guapo. Aunque esta mañana con el filtro de Instargam tampoco estabas
nada mal. –Sonrío mientras me acerco a él lentamente. Miro hacia los lados pero
Flo ha desaparecido. –Estamos solos… ¿No me vas a saludar como es debido,
Martínez? –Dani se acerca a mí y me acaricia la cara. Pega su nariz con la mía
y acto seguido hace lo mismo con los labios. Yo rodeo su cuello con mis brazos
y el beso se vuelve más pasional por momentos.
-¡Dani! –Se escucha a Flo gritar desde la cocina y luego sus
pasos dirigiéndose hacia donde estamos nosotros. Dani y yo nos separamos
rápidamente, pero a él se le queda un poco de mi pintalabios en su boca. Yo le
froto a toda prisa con mi pulgar, pero Flo llega antes de que se lo pueda
quitar del todo. Por suerte no se le nota mucho y creo que Flo no se da cuenta.
Cuando lo vemos llegar, viene con media loncha de jamón en la mano y otra media
en la boca.
–Te he cogido jamón, que vengo muerto de hambre.
–¡Flordo ataca de nuevo! –Dice Dani y ambos nos reímos hasta
que al final se acaba riendo él también.
-Termina de arreglarte, Martínez, que son menos cinco y el
señor del Grupo Planeta deberá estar a punto de llegar. –Dice Flo
-¡Voy volando! Anna…¿Vienes a mi habitación y me ayudas con
la corbata? –Yo miro a Flo. No sé qué decir. No me esperaba esa pregunta; y no
es tanto la pregunta sino la situación que conlleva.
-Por mí no os preocupéis, yo me quedo aquí haciéndole
compañía al jamón. Vamos, que no me voy a quedar solo. –Dice riendo.
-Está bien. –Contesto no muy convencida. Dani me hace un
gesto con la mano para que pase antes que él. Mientras atravesamos el pasillo
escuchamos a Flo gritar.
-¡Y a ver si aprendes a ponerte tú solito la corbata! Aunque
claro, no sabes ni subirte bien los pantalones… ¿Cómo vas a saber hacerte un
nudo? –Dice bromeando. Siempre están metiéndose el uno con el otro y a mí me
eso encanta porque ninguno de los dos se ofende. Es tanta la confianza que hay
entre ellos que saben perfectamente que ningún comentario va con maldad y por
eso aguantan tanto la carga que se dan.
Entro en la habitación, luego entra Dani y cierra la puerta
tras él. Me agarra por la cintura y me gira sobre mí misma, colocándome justo
enfrente. Me mira fijamente a los ojos y me aparta un mechón que me tapa la
cara. Coloca su mano sobre mi mentón y acaricia mi labio inferior con su dedo
pulgar. Yo coloco mis manos sobre su pecho y me acerco a él tanto como puedo.
-Hoy he soñado contigo –Me dice entre susurros. -Que te tenía
entre mis brazos.
-¿Y qué tal?
-Nada que ver con la realidad. –Me aprieta contra él y me besa.
Nuestras lenguas se encuentran dando paso a un beso dulce, pero apasionado al
mismo tiempo. Yo coloco mi mano derecha en su nuca y le acaricio el pelo. Si
por mí fuera, me quedaría así toda la vida, pero la reunión está a punto de
empezar y Flo se encarga de hacérnoslo saber desde el salón.
-¡Anna, date prisa con la corbata que el señor del Grupo
Planeta está ya subiendo!
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