sábado, 21 de septiembre de 2013

Capítulo 24. Te quiero

Me separo un poco de él y sin dejar de mirarle a los ojos, le paso la mano por el pelo y me lanzo.
-Dani… ¿No crees que estamos yendo demasiado rápido?
-¿Demasiado rápido? Anna, hace años que nos conocemos y hasta ahora no hemos sabido ver lo que sentíamos. Yo lo que creo es que hemos tardado demasiado.
-Bueno, no me refería a eso, sino a que quizás nos estemos dejando llevar demasiado, que no estamos pensando las cosas y puede que algún día nos arrepintamos de todo esto. –Dani me agarra la cara con sus dos manos y me mira fijamente.
-Anna, yo nunca me voy a arrepentir de esto.
-Eso no lo puedes saber, Dani. –Digo mientras agacho la cabeza y fijo mi mirada en el suelo. Me siento mal por haberle dicho eso, pero es realmente lo que pienso.
-Pero eso es lo bonito, Anna. No voy a saber qué pasará dentro de 50 años, ni de 20, ni de 10. Ni siquiera voy a saber qué pasará mañana, pero nada de eso me importa porque hoy estoy contigo y con eso me vale. Este momento que estamos viviendo ahora, juntos, mirándonos a los ojos, es tan maravilloso que no me interesa saber si mañana estallará la III Guerra Mundial porque pase lo que pase, podré sonreír pensando en ti, en esto que estamos viviendo ahora.
-Sí, Dani pero… -Esto que me ha dicho es tan bonito que casi no me salen las palabras y no puedo evitar que mis ojos se empañen de emoción. Aún así, necesito saber que a él no sólo le preocupa vivir el presente, sino que también quiere un futuro a mi lado. –No sólo se trata de lo que sintamos, sino de lo que estamos dispuestos a construir. A veces es necesario usar la cabeza. –Digo sin pensar y arrepintiéndome al instante. Parece que le he reprochado que nunca piense las cosas y, en parte, es eso lo que pienso, pero no es momento de reproches.
-Anna, el amor se siente aquí –Dice llevándose la mano al lado izquierdo del pecho. –No aquí. –Sonríe señalándose la cabeza. –Podemos hacer juntos todos los planes que quieras y yo estaré encantado de compartirlos contigo, pero a mí lo único que me importa es que seas tú la que esté conmigo para vivirlos; y eso sólo se consigue viviendo el presente y cuidándote ahora como te mereces en lugar de pensar que quién sabe cuándo estaremos viviendo juntos.
-No sé qué decir. –Contesto sonriendo. Realmente tiene razón y me ha dejado más que claro que no soy un capricho. Que me quiere de verdad tanto como yo le quiero a él.
-¿Qué tal si no dices nada y me das un beso? –Yo obedezco y acerco despacio mis labios a los suyos hasta que por fin siento su cálida boca acariciando la mía.
-Te quiero. –Susurro casi sin dejar de besarle. Cada vez estamos más pegados el uno al otro, sintiendo como nuestros cuerpos se atraen.
-Me tienes loco, Simon. –Contesta mientras me acaricia la parte externa del muslo y desliza lentamente mi vestido un poco hacia arriba.
-Dani, la cena. –Digo recordándole que aún está toda la comida en la mesa.
-Ahora solo quiero comerte a ti. –Se levanta cogiéndome en brazos sin dejar que mis pies toquen el suelo. Al hacerlo, uno de mis tacones se me sale y cae justo al lado de su pie. Él me mira con esa sonrisa de medio lado que hace que me derrita y me aprieta más contra su pecho. –Veo que tienes prisa por desnudarte. –Me besa. –No te preocupes que ahora te ayudo yo. –Camina su habitación sin que paremos de besarnos ni un instante  y me deja caer despacio sobre la cama para colocarse luego encima de mí. Me estremezco al notar que empieza a besar mi cuello. Me encanta que lo haga de forma tan delicada pero tan placentera al mismo tiempo. Vuelve a subirme un poco el vestido y yo me agarro a su espalda para levantar mi cadera y que así pueda continuar subiéndolo, pero cuando llega a la altura de la cintura se para y con la misma mano me sostiene la cara para continuar besándome. No puede ser que me deje así, necesito que siga, que me dé más de él. Le saco la camisa del pantalón y le desabrocho los botones empezando por el de abajo hasta llegar al último y me deshago de ella dejándola caer en el suelo. Empujo un poco el hombro de Dani para que se despegue de mí y cuando lo hace me siento sobre la cama. Le agarro la nunca y le vuelvo a atraer hacia mí para poder seguir besándole. Él se da cuenta cada segundo que pasa necesito tenerlo más cerca, de modo que vuelve a agarrar mi vestido y termina de quitármelo del todo sacándolo por la cabeza, dejándome así en ropa interior. Yo me muerdo el labio intentando sofocar el calor que siento ahora mismo en cada parte de mi cuerpo y él se queda mirándome de arriba abajo haciendo que me sonroje.
-¿Puedo hacerte una foto y mandársela a Chuspi? –Dice sonriendo intentando picarme. Yo le pego una palmada en el pecho y finjo estar enfadada mientras le contesto.
-Ni se te ocurra. –Pero acto seguido le vuelvo a besar. No sé qué me pasa que no soy capaz de estar ni un segundo sin sentir que toca mi piel.
-¡Vamos! ¡Un cuarpazo así no se ve todos los días! Déjame presumir un poco con mis amigos.  –Dice mientras me vuelve a tumbar sobre la cama.
-En tu mano está que lo sigas viendo o no. –Contesto de forma pícara.
-Entonces ten por seguro que nos volveremos a ver. –Dice mirándome de arriba abajo como si estuviera hablándole a mi cuerpo. Yo le quito la correa y acto seguido hago lo mismo con sus pantalones, quedándonos los dos en ropa interior. Se coloca entre mis piernas y comienza a moverse lentamente haciendo que nuestros cuerpos se rocen. Desliza su mano derecha por mi cintura, bajando hasta mi cadera hasta introducirla por dentro de mi tanga y comienza a acariciarme. Yo no puedo evitar gemir y sentir cada vez más y más calor. Sabe cómo volverme loca y lo está consiguiendo de sobra. Necesito más de él, pero sólo me entrega lo que quiero a cuenta gotas y eso hace que lo necesite aún más.
Por fin se deshace de mi ropa interior. Primero la parte de arriba y luego la de abajo. Yo hago lo mismo con sus bóxers y finalmente conseguimos estar más cerca el uno del otro que nunca. Noto cómo entra dentro de mí consiguiendo que me estremezca con cada movimiento que hace y poco a poco va consiguiendo satisfacer mi ansia con su boca en mi cuello sintiendo mi sangre caliente, sus dientes en mi hombro tensando mis músculos como alambres.
-Me vas a matar. –Consigo balbucear entre gemidos. El sonríe y es entonces cuando me embiste para llegar hasta el fondo. Nuestros cuerpos sudorosos resplandecen entre la lujuria y Dani clava sus ojos en los míos. Intento hablar, decir cualquier cosa, pero lo único que consigo pronunciar es su nombre al terminar, quedándome aturdida y sin aliento debajo de su cuerpo que ha caído sobre el mío desplomado como una piedra. Si no sintiera su corazón latir contra mi pecho, diría que ha caído en un profundo coma, pero unos segundos más tarde inspira hondo, suspira y se aparta quedándose tumbado a mi lado.
Mentiría si dijera que ahora no estoy más cómoda, pero también es cierto que al despegarse de mí ha dejado un pequeño vacío que sólo puedo volver a llenar con uno de sus abrazos y me acero a él para conseguirlo.
-Te quiero Anna. Eres perfecta.
-Yo también te quiero. –Digo mirándole a los ojos.
-¿Puedo hacerte la foto ahora? –Dice sonriendo mientras estira el brazo como si fuera a coger el móvil de la mesilla de noche.
-¡Pero mira que eres tonto! –Digo pegándole un mordisco en la barbilla y comenzamos a reír.
-Creo que va siendo hora de que hagamos público lo  nuestro ¿No?

-¡¿Qué?!

4 comentarios:

  1. Pero como puedes escribir tan jodidamente perfecto??? Ahdkscusjjdks *-----*
    Que monosos Anna y Dani por Dios :''') Siii!! Que lo hagan publico yaaaa!!!! Jajaja
    Siguienteeeee :3

    ResponderEliminar
  2. que jodida perfeccion de capitulo :) que lo hagan publico! siguiente :)

    ResponderEliminar
  3. ¿CÓMO LO HACES PARA QUE LOS CAPS SEAN TAN TREMENDAMENTE PERFECTOS? ¿EH? ¿CÓÓÓMO?
    Por favor, siguiente ya!!!

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por los comentarios!!! Subiré el próximo prontito!! :)

    ResponderEliminar