viernes, 30 de agosto de 2013

Capítulo 17. Anna, lo siento pero...

-¡Chicos! ¿Habéis visto a Dani? –Todos responden que no, que estará en el baño o pidiendo otra copa y continúan bailando. Yo hago lo mismo e intento no darle importancia, pero pasa el tiempo y Dani sigue sin aparecer, de modo que salgo en su busca.
Primero voy a la barra, pero allí no está, así que me asomo al baño y no veo a nadie.
-¿Dani? –Digo en voz alta por si está dentro de unas cabinas. No obtengo respuesta ¿Dónde se habrá metido? Vuelvo a atravesar la pista de baile y me aseguro de que no está ahí. Empiezo a asustarme un poco… No creo que le haya pasado nada, pero es muy raro que desaparezca así, de la noche a la mañana, sin decir un simple “adiós”. Cojo el móvil para llamarle y asegurarme al menos de que está bien, pero dentro de la discoteca no ha cobertura ¡Parece que hoy nada me sale bien! No me queda más remedio que salir para poder intentar contactar con él y cuando consigo deshacerme de la cola de gente que hay en la entrada, vuelvo a marcar su número y le llamo.
Suena el primer tono, el segundo, el tercero, y así hasta que escucho su voz grabada en el contestador. Nada, no da señales de vida. Yo empiezo a agobiarme y cruzo la carretera para sentarme en el parque que hay justo en frente y poder pensar cómo encontrarlo. Un coche me pita al pasar pero no le hago ni caso, estoy demasiado preocupada como para decirle cuatro cosas.
Entro en el parque y justo cuando me voy a sentar, veo a alguien tumbado bocabajo en el césped, a unos 20 metros de mí. Parece que es él, pero no estoy segura.
-¿Dani? ¿Eres tú? –Me acerco con cuidado al ver que no se mueve. Aunque no sea Dani, quizás necesite ayuda porque se encuentre mal; pero cuando ya he andado unos cinco pasos, no me cabe duda de que es él. Esos pantalones caídos enseñando los calzoncillos no pueden ser de otra persona.
Salgo corriendo hacia él preocupada y cuando llego junto a él me coloco a su lado de rodillas mientras intento levantar su hombro para poder verle la cara.
-¡Dani! ¿Estás bien? –Se da la vuelta sin decirme nada, sólo me mira a los ojos con una cara de tristeza que me mata. Juraría que ha estado llorando, pero no se lo voy a preguntar para no herir su orgullo.
-Dani, dime qué te pasa, por favor. –Digo con los ojos empañados en lágrimas tras colocar mi mano sobre su cara y acariciarla. -¿Por qué has venido aquí sin avisar a nadie?
-Quería estar solo –Contesta casi sin voz. Realmente está roto de dolor y necesito saber el motivo para ayudarle.
-¿Ha pasado algo? ¿Tus padres están bien? ¿Y Nacho? –Estoy desesperada por saber qué le pasa. Le agarro la mano para que sienta mi que le apoyo y justo en nuestras manos unidas cae mi primera lágrima.
-No llores, Anna. –Dice sonriendo levemente, como si estuviera intentando no preocuparme. –Están todos bien. –Y pasa su dedo pulgar por mi mejilla intentando secarla.
-¿Entonces? ¿Te han pegado? ¿Te han echado algo en la copa? ¡Levántate que nos vamos al hospital!
-Anna, tranquila, vuelve con los demás. –Esta vez sí sonríe de verdad. Parece que al menos he conseguido que cambie un poco su estado de ánimo. De todas formas, no pienso dejarle aquí solo, de modo que me tumbo junto a él, apoyo mi cabeza en su pecho y le abrazo.
-Me voy a quedar aquí contigo hasta que decidas levantarte. –Él me rodea con sus brazos para darme calor y nos quedamos así, sin decir nada mientras miramos a la nada. Yo oigo el latir de su corazón, que va más rápido de lo normal y mi cabeza se mueve al compás de su respiración. Me siento mal por estar disfrutando tanto este momento, aunque por otro lado me mata que Dani esté así y que no confíe en mí para decirme lo que le pasa. De repente, separa de mi cintura su brazo derecho y lo pega flexionado a mi espalda para comenzar a acariciarme el pelo. Me da un beso en la cabeza y me dice.
-Gracias Anna. Gracias por estar aquí conmigo. Por estar siempre conmigo.
-Pase lo que pase, Dani, eso tenlo grabado a fuego porque no te voy a fallar. –Apoyo mi codo sobre el césped y levanto la cabeza para mirarle a la cara. Está sonriendo, lo cual me sorprende bastante. Hace nada estaba hecho polvo y ahora sonríe y le brillan los ojos. Yo le devuelvo la sonrisa, le doy un beso en la mejilla y me vuelvo a acurrucar sobre él, esta vez más cerca de su cara y le aprieto contra mí para poder disfrutar su esencia, disfrutar de él.
Creo que de momento no le voy a decir nada acerca de mis sentimientos. Él no está pasando por su mejor momento y yo no quiero complicarle más las cosas con mis tonterías. Quizás se lo cuente más adelante, cuando ya todo haya pasado; o incluso puede que no se lo cuente nunca. Sería muy egoísta por mi parte hacerle cargar con ese peso que es solo culpa mía ¿O a caso es él culpable de ser tan increíblemente perfecto, de tratarme tan bien, con tanto cariño como ningún otro hombre lo había hecho? Claro que no. Soy yo la que tiene la culpa de haberme dejado enamorar como una tonta. De repente, Dani me saca de mis pensamientos.

-Anna, lo siento mucho pero… -Le tiembla la voz. Parece que está a punto de volver a llorar. –Creo que me he enamorado de ti.

3 comentarios:

  1. Ashxksnxjsns *-* Diooooos!! Me encantaaa!! Dani tambien esta enamorado *-* Pero, chiquillo, no lo sientas, ella tambien esta te ti, besala y ya esta!
    NEEEXT PLS!

    ResponderEliminar
  2. Ahhhhhhh me enamoro que bonito que bonito agdkavdjabdjs me mataaas es perfecto. Siguiente ya por favor que quiero saber que le dice!!:)

    ResponderEliminar