Sé perfectamente quién es. Reconozco
su voz, su olor, incluso el taco de su piel.
-¡Lucho! –Me giro y le doy dos besos.
-¡Qué alegría verte! –Digo sonriendo.
-Pues no lo parece jajajaja –Me seca
las lágrimas -¿Pero qué le has hecho? –Dice
bromeando mientras mira a mi hermana, que responde encogiéndose de hombros.
Bueno, yo… Os dejo solos. –Mónica me
abraza y me acaricia el brazo mientras se separa. –Si me necesitas, estoy con
papá, mamá y los niños ¿Vale? –Me susurra en el oído. –Hasta luego, Lucho. Me
alegro de haberte visto.
-¡Igualmente! –Mi hermana se va y los
dos nos quedamos en silencio durante unos segundos hasta que al fin Lucho se
decide a hacerme la pregunta.
-¿Quieres contarme algo?
-No, no te preocupes. Estoy bien. –Digo
sonriendo de forma sincera por primera vez desde que pasó lo de Dani.
-Bueno, ya sabes que seguimos siendo
amigos, así que si en algún momento quieres hablar…
-Tranquilo. Sigo teniendo tu número
de teléfono jajajaja. –Nos miramos a los ojos mientras sonreímos durante unos
segundos. –Muchas gracias, Lucho. –Se acerca
a mí y me abraza, lo cual me hace sentirme un poco más en armonía conmigo mismo
y me tranquiliza. -¿Y qué haces tú por aquí?
-Supongo lo mismo que haces tú ¿No?
Disfrutar un poco de las vacaciones. He venido con unos amigos, pero uno de
ellos ha decidido quedarse en una terraza tomando unas cañas y los demás le han
seguido. Ya sabes que a mí no me gusta quedarme parado en un sitio mucho
tiempo, así que aquí estoy disfrutando sólo del parque jajajaja.
-Yo he venido con mi familia, ya lo
has visto… -Dudo en hacerle la pregunta por si nos vamos a sentir incómodos,
pero realmente me apetece, así que me lanzo. -¿Por qué no te vienes con
nosotros?
-Pues… no sé ¿Tú quieres que vaya?
-Seguimos siendo amigos ¿No? –Contesto
sonriendo.
-Claro… ¡Tienes razón! ¡Por los
viejos tiempos! Además, me apetece volver a ver a tus sobrinos.
-Seguro que ellos también quieren
verte. –“A veces me preguntan por ti” pienso, pero no se lo digo. No quiero que
parezca que le echo de menos como pareja.
Comenzamos a caminar y ya ni me
acuerdo de lo de Dani, o al menos el dolor que siento es menor que antes. Al
fin y al cabo, Lucho siempre ha sabido hacerme reir y me lo paso muy bien con
él.
-¿Y cómo están las cosas por tu casa?
Algún día antes de que vuelvas a Madrid a trabajar tenemos que quedar a tomar
algo. Así nos ponemos al día.
-Bueno… es que realmente no sé cuánto
tiempo voy a estar aquí en Barcelona. –Me siento culpable por no haberle
contado lo de Dani, por decirle que no había nada entre nosotros dos cuando en
verdad estaba totalmente loca por él. Le mentí por no hacerle daño, pero le
mentí al fin y al cabo; y ahora me tengo que enfrentar a mi mentira.
-¿Y eso? ¿Te ha salido algún trabajo
por ahí?
-Es… Sí, algo así. –No he sido capaz
de decírselo, no quiero hacerle daño. Como él dijo, quizás sea un poco pronto
para afrontar que ya estoy con otro y que no le necesito; aunque otra parte de
mí me dice que no se lo he contado porque ni yo misma sé si estoy con otro o no
¿Qué se supone que va a pasar con Dani? ¿Y por qué estoy dando por hecho
que no me voy a quedar mucho más tiempo
aquí en Barcelona? Lo que está claro es que así no puedo seguir y que sin darme
cuenta me estoy concienciando de que si me tengo que ir a vivir a Madrid para
estar con él, lo voy a hacer porque le necesito a mi lado. Quiero verle al
despertar, oírle tararear desde otra habitación, desayunar con él, comerle a
besos, hacerle el amor, mientras le miro a los ojos, amarle sin preocupaciones.
No me importa si es en Madrid o en Barcelona, sólo me importa que sea con él.
Meto rápidamente la mano en el bolso para buscar el móvil y decírselo, pero al
instante me doy cuenta de que no es el momento más adecuado. Será mejor esperar
que llegue la noche y llamarle tranquilamente desde el sofá de casa.
-¿Se me acaba de ocurrir una cosa! –Dice
Lucho con una sonrisa de oreja a oreja. Yo le miro intrigada y él me responde
dirigiendo su mirada lentamente hacia el Dragon Khan.
-¡No! ¡Lucho, sabes que no! No puedo
subirme ahí ¿Estás viendo lo grande que es?
-Si, por eso precisamente nos tenemos
que subir.
-¿Pero tú estás loco? ¿Quieres que me
quede afónica de tanto gritar? –Empieza a entrarme la risa tonta a causa de los
nervios que me produce el simple hecho de imaginarme montada en esa atracción.
-Vamos Anna, hagamos una locura.
Disfrutamos sin pensar en nada, sólo en la adrenalina que vamos a soltar. –Me coge
de la mano y avanza un poco, se gira hacia mí y sonríe. -¿Vienes?
-Está bien… -Digo no muy convencida –Pero
luego no te quejes de mis gritos y mucho menos te rías de mí. Que yo estas
cosas las sufro mucho jajaja. –Parece una tontería, pero hoy Lucho me está
alegrando el día. Llegué al parque apagada, con ganas de pasármelo bien pero
sin conseguirlo; y desde que me he encontrado con él, estoy llena de vida. No
me olvido de lo de Dani, pero consigo sobrellevarlo bastante mejor.
-Palabra de maquillador. –Al oír
esto, recuerdo la época de TCMS en la que Lucho y yo estábamos juntos. En una
de las galas me tocaba imitar a Dani Martin
y le pedí por favor que me dejara lo más guapa posible. Su respuesta fue
“palabra de maquillador” y, visto el resultado… no sé si me convence que me
haya dicho eso.
-¡Entonces déjame hacerle una foto a
la atracción por si me pasa algo que sepan que fuiste tú el culpable de mi
muerte! –Hago la foto y la subo a Instagram.
-Yo voy a hacer otra. –Dice él
mientras enfoca con su móvil. –Así mis amigos verán lo que se están perdiendo
jajaja.
-¡Venga, vamos antes de que cambie de
opinión!
No hay comentarios:
Publicar un comentario