lunes, 14 de octubre de 2013

Capítulo 34. Nutella

Me despierto acurrucada en el sofá rodeada por los brazos de Dani. En la mesa del salón todavía están las dos copas y la botella de vino que descorchamos ayer y con la que acompañamos nuestras promesas de amor hasta que nos quedamos dormidos agotados por la intensidad del día que habíamos vivido.
Noto cómo Dani, aún dormido, me aprieta más contra él y hunde su cabeza en mi pelo. Yo me acomodo amoldando mi espalda a su pecho y me deleito con el compás de su respiración. Es un momento perfecto, enamorados a más no poder y con la relación reforzada después de la disputa que tuvimos el otro día. Ahora ambos sabemos lo que es estar sin el otro y por eso apreciamos muchísimo más momentos como este, en los que no es necesario decir nada, ni besarnos ni acariciarnos.  Los dos sabemos  que nos amamos y con eso es más que suficiente.
Me giro con cuidado sobre mí misma, quedando cara a cara con Dani, que sigue durmiendo como un bebé. Recorro su labio inferior con mi dedo índice. Despacio, acariciándolo, le abro un poco la boca para darle un ligero beso, pero cuando me separo de él, sus labios me vuelven a llamar y siento la necesidad de volver a besarle. Lo hago sin pensármelo dos veces  él se despierta sonriendo y devolviéndome el beso.
-Buenos días, mi niña.
-Buenos días, dormilón. –No paramos de besarnos, ni siquiera mientras hablamos.
-Anna… me quedaría pegado a ti toda la vida, pero es que tengo hambre. –Dice poniéndome cara de pena para que le prepare el desayuno. Me levanto del sofá con resignación tras estirarme y aprovecho el camino hasta la cocina para llevarme las copas y la botella de vino. Antes de desaparecer por la puerta del salón, me giro hacia atrás para mandarle un beso y veo que me está mirando el culo aprovechando que sólo llevo puesta la ropa interior.
-¡Oye! ¡No seas guarro! –Digo bromeando. Dani se sonroja al ver que le he pillado y busca rápidamente una forma de excusarse.
-Es que… Te quiero tanto que no puedo dejar de mirarte. –Sonríe algo insatisfecho con su respuesta, pero al parecer es la única que se le ha ocurrido.
-Pues ven a la cocina a ayudarme, anda. Así puedes seguir mirándome. –En realidad no quiero que me ayude, sólo necesito tenerle a mi lado. Con eso me basta.
-Mmmmm… Una cocinera porno. –Se levanta rápidamente y viene corriendo hacia mí. Me abraza por detrás y me da un beso en el cuello. –Ojalá estuviera aquí Valdi para poner esa música que tanto te gusta jajaja. –Dice bromeando.
-Seguro que no te gustaría que Valdi fuera testigo de lo que vamos a hacer ahora. –Digo sonriendo pícaramente.
-¿Qué? -Le agarro de los bóxers tirando hacia mí mientras camino hasta la cocina. Me siento en la encimera y le coloco entre mis piernas. Cojo el bote de Nutella que tengo a mi lado, meto el dedo a modo de cuchara y le mancho los labios para luego limpiárselos con un intenso y pasional beso. Él sonríe haciéndome saber que ya ha entendido por donde va el juego y mete también su dedo en la crema de cacao y avellanas. Luego lo coloca sobre mi barbilla y baja despacio por mi cuello hasta el pecho mientras me mira a los ojos y acto seguido vuelve a hacer ese mismo recorrido, pero esta vez con su lengua al mismo tiempo que se me eriza la piel. Me dispongo a volver a manchar mi dedo de Nutella, pero justo en ese momento suena el teléfono de casa. Dani estira el brazo sin mover los pies del sitio, lo coge de la base y me lo da. Pulso el botón verde para descolgar y me lo coloco en la oreja mientras le acaricio a Dani el mentón con la mano que me queda libre.
-¿Diga?
-Hola, cariño.
-Hola mamá. Qué temprano llamas ¿No? –Dani comienza a besarme el cuello y a acariciarme por todas partes. Me acerca más a él con la ayuda de sus manos, haciendo que mis piernas se abran un poco más para encajar completamente con su cuerpo y no puedo evitar lanzarme a su boca mientras mi madre habla.
-¿Temprano?
-Espera un momento, mamá. –Le interrumpo y pongo el teléfono en la opción “manos libres”, lo dejo sobre la encimera y comienzo ansiosa  a besar a Dani. –Ya. Dime.
-Pues eso, que son las dos y media de la tarde. Que te estamos esperando todos aquí para almorzar. Ayer te volviste a quedar hasta tarde viendo series de esas y te acabas de levantar ¿No?
-¿Qué? N...no. En media hora estoy allí. –Al oír esto, Dani separa su boca de mi cuello y me mira diciendo que no con la cabeza.
-Vale, pero date prisa que ya está la mesa puesta y todo.
-Mamá… ¿Puedes poner otro plato más? ¡Hoy tendremos un invitado!
-¿Al final le dijiste a Lucho que viniera? ¡Qué alegría, hija! Ese chico siempre me ha gustado mucho y se porta genial con los niños. –Dani se separa rápidamente de mí y se apoya en la pared con los brazos cruzados.
-No, mamá, es Dani. Luego hablamos. Un beso. –Cuelgo sin darle oportunidad a contestar y bajo rápidamente de la encimera. Me acero a él, le rodeo el cuello con los brazos y le doy un beso en la mejilla. –Vamos, Dani. Mi madre no ha dicho nada malo, sólo que Lucho es un buen chico y tiene toda la razón. Eso no lo puedes negar.
-No es eso lo que me molesta, Anna. Lo que me molesta es que tu madre ha dejado muy clarito que te estabas planteando invitarle a comer ¿Qué pasa, que si yo no llego a venir hasta aquí el que comería en tu casa hoy sería él?
-Dani, estás sacando las cosas de contexto. –Me mata que siga sin mirarme y con los brazos cruzados, pero yo no dejo de abrazarle. –Ayer en PortAventura nos lo encontramos y pasamos un día estupendo. Mis sobrinos quisieron que viniera a comer un día a casa y yo dije que sí, que ya lo hablaríamos, pero no podía decir otra cosa. Él ya no pinta nada allí, Dani. El que tiene que almorzar hoy con nosotros eres tú porque ahora formas parte de mi vida; y con esto no quiero decir que nunca más vaya a ver a Lucho. Seguramente tomemos algo juntos algún día y obviamente tú estarás invitado, pero eres tú el que tiene que acompañarme hoy, el que tiene que ganarse el cariño de mis sobrinos ahora ¿Entiendes? Esto es muy importante para mí, Dani, y me gustaría que te esforzaras. –Por fin reacciona, coloca sus manos en mi cadera y me besa.
-Va a salir genial. Ya lo verás.
-Gracias, Dani. Te quiero.

-Te quiero.

3 comentarios:

  1. Muy cuqui cuqui cuquisimo, pero un pelin pornoso eh! Que menos mal que no me gusta la Nutella
    Siguiente!! :3 Te quiero!!

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  2. Espera,que muero de amor, el momento de la Nutella ha sido muy dagsdfafgdsa NEEXT !

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