martes, 29 de octubre de 2013

Capítulo 38. Tú ganas

Espiro e inspiro lentamente, relajada, disfrutando de cada segundo que pasa porque no puedo ser más feliz. No existe mejor almohada que el brazo de Dani y nada me hace sentir más en paz que el hecho de que nuestras manos estén jugueteando entrelazadas. Somos dos que han decidido amoldarse para poder acabar siendo uno y eso se nota hasta en nuestra respiración completamente acompasada.
Poco a poco se ha ido haciendo de noche y el cielo está ya totalmente oscuro, pero no tenemos intención de irnos a casa, todavía no. Antes tenemos que decirnos un millón de veces más que nos amamos, que nunca nos vamos a separar a pesar de las dificultades a las que nos tengamos que enfrentar y que nunca antes habíamos sentido por otra persona lo que sentimos ahora.
Me encanta mirarle. Quedarme observándole sin decir nada. Simplemente imaginando qué podrá estar pasando por su cabeza; planeando un fin de semana en algún lugar romántico para poder agradecerle todo lo que me aporta cada día; intentando aprender a no tener miedos con él porque no son necesarios; aguantar el deseo que me provocan sus labios para no estar besándole a cada momento.
Me acomodo un poco para poder mirarle mejor y él gira su cabeza hacia mí, regalándome una de sus mejores sonrisas. Le acaricio el mentón mientras él vuelve a mirar el manto de estrellas que nos rodea esta noche y yo hago lo mismo.
-¿No te sientes pequeño rodeado de tanta grandeza?
-A veces sí, pero a tu lado me siento grande, Anna.
-Yo también me siento grande contigo, mi amor. Sé que estoy plena si tú estás a mi lado, pero me refiero a que si nunca te has planteado la cantidad de kilómetros que nos separan de las estrellas que estamos mirando ahora mismo. No sé… lo fácil que es ver el cielo desde cualquier punto del mundo y lo difícil que es tocarlo.
-Yo toco el cielo cada vez que me sonríes, cuando me besas, cuando me despierto contigo.
-Dani… No sé qué decir.
-No hace falta que digas nada. Sólo déjame seguir tocando el cielo cada día. –Apoyo mi cabeza en su pecho para estar más cerca de él y rodeo su cintura con mi brazo.
-Eso dalo por hecho. –Me besa en la cabeza y comienza a acariciarme el pelo. Nos quedamos unos minutos en silencio hasta que se me ocurre una pregunta. –Dani, siempre hablamos de nuestro futuro juntos ¿Pero alguna vez te has planteado el pasado? Es decir, que si antes de empezar a salir pensaste en mí como en algo más que una amiga.
-¿A qué viene esa pregunta?
-No sé. –Digo mientras me encojo de hombros. –Simple curiosidad.
Pues… antes eras mi amiga. Yo tenía mis rollos de vez en cuando y luego empecé a salir con Cris. No voy a negar que siempre me has resultado una chica muy atractiva, pero nunca pensé que nuestra relación pudiera llegar a algo más.
-Ya…
-¿Qué pasa? ¿Tú sí lo pensaste?
-Bueno… No… No en eso concretamente.
-¿Entonces? –Puedo ver que sonríe, que le hace gracia imaginarme un par de años atrás enamorada de él, pero no fue eso realmente lo que yo sentí.
-Entonces nada. No te hagas ilusiones porque nunca llegué a pensar en ti como lo hago ahora. –Quizás me he puesto un poco seria, pero no me siento cómoda hablando de esto… Ni siquiera sé por qué se lo he preguntado a él.
-Venga, Anna, confiesa que estabas loquita por mí. –Se sienta sobre el césped y pone su cara justo arriba de la mía, con una mano a cada lado de mi cabeza para que no pueda escapar de este interrogatorio.
-No tengo nada que confesar.
-¿Entonces a qué ha venido esa pregunta?
-A nada… simplemente me ha venido a la cabeza y ya está.
-Jajajaja ¡Eso no te lo crees ni tú, Simon! –De repente, empieza a hacerme cosquillas por todas partes y a pesar de que intento aguantar, es imposible que no se me escape ninguna carcajada. -¡Vamos! ¡Confiesa si no quieres que estemos así hasta que amanezca!
-¡Vale! ¡Vale! ¡¡Confieso!! –Por fin para y puedo respirar tranquila –Pero antes necesito un beso, que dicen que vienen muy bien para la memoria.
-¿Un beso como estos? –Dice mientras acera su cara a la mía y une nuestros labios dejando que ambas lenguas se encuentren. Yo coloco mis manos en su cadera y recorro lentamente su espalda por dentro de la camiseta hasta que llego a sus hombros y hago un poco de fuerza hacia mí para que pegue su cuerpo al mío. Él me entiende sin necesidad de hablar y obedece al instante. Nos seguimos besando, cada vez con más ganas de saborear al otro. Dani coge mis manos y las coloca arriba de mi cabeza, las sujeta con fuerza con una sola mano y utiliza la que le queda libre para agarrar mi barbilla y estirar mi cuello, el cual comienza a besar haciendo que mi respiración sea cada vez más agitada. Vuelve a subir a mi boca, me besa y sin despegar sus labios de los míos, sonríe.
-¿De verdad creías que esto te iba a servir para no contestarme?
-Vamos, Dani, olvídalo. –Le beso con la esperanza de que él haga lo mismo, pero se limita a sonreír mientras niega con la cabeza. –Al menos suéltame las manos para estar más cómoda. –Digo al mismo tiempo que rozo mi nariz con la suya intentando ablandarle un poco.
-Hasta hace un rato no te incomodaba que te pusiera las manos así. Incluso me atrevería a decir que te gustaba. –Me susurra al oído. Yo me quedo callada pensando alguna forma  de hacerle cambiar de opinión para que me suelte, pero lo único que consigo es que se dé cuenta de estoy totalmente bloqueada y sólo consigo pensar en sus besos.

-Está bien, está bien… Tú ganas.

3 comentarios:

  1. Me encanta esta genia sigue asi ! ( @dannatimeoflove, alias @tontaca_82 )

    ResponderEliminar
  2. Mal mal y mal! Los capítulos no se dejan asi para que yo ahora me coma el coco con lo que Anna puede contestarle (ahora viene mi parte de suplicas) No lo dejes así!! PRO FABOH!!! me has dejado to' intriga' SIGUIENTE PRONTITO!!!!!
    PD: El capitulo del otro dia fui a contestartelo, pero cuando he ido hoy a hacerlo, ya habias subido esto
    Un beso! TQ! :))

    ResponderEliminar
  3. me encanta! no lo dejes asiii siguiente :)

    ResponderEliminar