-Pues… Ya estamos aquí. –Digo mientras abro la puerta y salgo
del coche al mismo tiempo que lo hace Dani. -¿Qué te parece?
-Así que aquí jugabas tú cuando eras pequeña ¿No? –Pregunta
intentando que no se le note la sonrisa que se le escapa de los labios.
-Sí –Contesto a regañadientes sabiendo perfectamente lo que
va a decir ahora.
-¿En Mollet no tenéis parques ni cosas normales para que los
niños jueguen? –Dice entre carcajadas.
-Idiota. –Camino unos cinco metros y me siento en el césped
rodeando mis rodillas con los brazos y miro al horizonte. Observo cada árbol, cada
piedra, los senderos que se han ido formando a causa del desgaste por el paso
de la gente. Incluso sigue estando la cabaña en la vivía el señor que se
encargaba de adecentar todo esto, aunque ahora parece que esté abandonada. Todo
ha cambiado desde la última vez que vine, pero aún así sigo sintiendo este
sitio como mío, como parte de mi infancia. –Hacía mucho que no venía aquí.
–Dani se sienta a mi lado y pasa su brazo por encima de mis hombros. Yo me
acomodo acercándome más a él y acurrucándome en su cuello.
-Es un sitio muy bonito, Anna. –Me da un beso en la cabeza.
-Pero lo noto cambiado.
-Todo cambia con el paso del tiempo, pero la esencia sigue
siendo la misma ¿No? ¿O no es igual de bonito el atardecer que estamos viendo
ahora que el que veías tú cuando eras pequeña? –Asiento con la cabeza mientras
me incorporo un poco para poder mirarle a los ojos.
-Ahora ya no sólo es bonito, Dani. Ahora es mágico porque
estás tú.
-Entonces la magia existe.
-Contigo, sí.
-¿Soy mago entonces? –Dice sonriendo.
-Algo así… -Contesto siguiéndole el juego. –Eres el mago
Melchor de mi castillo particular.
-Soy mago y bufón. Sirvo para todo jajaja.
-Sirves para todo lo que te propongas, mi amor.
-Pues no sé cómo le va a sentar a la corte que la princesa
esté liada con el mago bufón.
-Eso no importa. –Le beso mientras hago que se recueste sobre
el césped. –La princesa se ha enamorado y es ella quien decide a quién quiere
besar.
-¿Y a quién quieres besar? –Sonríe sabiendo perfectamente la
respuesta y yo le beso sin prisas saboreando sus labios. -¿A quién? Es que
estaba distraído y no me ha quedado muy claro. –Le vuelvo a besar mientras los
dos sonreímos y él me abraza haciendo que el beso sea más intenso hasta que noto
bajo mi cadera cómo el estómago de Dani ruge y los dos comenzamos a reír a la
vez.
-¿Quieres que comamos ya? –Digo levantándome un poco para ir
a por los sándwiches al coche.
-No –Contesta Dani mientras me tira del brazo haciendo que
caiga otra vez sobre él. –Prefiero que nos sigamos comiendo a besos.
-Eso no alimenta. –Digo acariciándole el mentón.
-¿Quién necesita alimentarse teniendo a su lado a Anna Simon?
-Vamos, Dani. –No puedo evitar ruborizarme. –Cenamos rápido y
luego me puedes dar todos los besos que quieras.
-Trato hecho. –Dice estirando el brazo para darme un apretón
de manos. Yo le correspondo haciendo lo mismo y él aprovecha para acercarme más
a él tirándome del brazo para volverme a
besar.
-¡No seas tramposo, Dani! ¡Un trato es un trato!
-Vale, vale… Sólo quería tener algo que saborear mientras no
estés.
-Pero si no van a ser ni dos minutos. –Digo sonriendo y
pensando que si de mí dependiera, tampoco me separaría de él ni aunque fuera un
segundo.
-Dos minutos son demasiado.
-Dos minutos no son nada comparados con todo lo que nos queda
juntos.
-Siempre sabes convencerme.
-¡Vuelvo volando! –Digo mientras me levanto por fin y camino
lo más rápido que puedo hasta el coche. Cojo el bolso con la cena y cuando me
doy la vuelta para volver con Dani, le veo ahí, tumbado sobre el césped con los
ojos cerrados. Me acerco andando de puntillas sin hacer ruido y me coloco
despacio detrás de su cabeza. Rozo mi nariz con la suya y veo cómo sonríe
deseoso de mis besos, aunque sigue sin abrir los ojos dejando que sea yo la que
tome el mando. Le acaricio la cara con las dos manos y acerco mi boca a su
oído.
-Ya estoy aquí. –Digo susurrando. Le doy un suave beso en los
labios -¿Se te ha hecho muy larga la espera?
-No tanto como me esperaba porque he estado pensando.
-¿Pensando? ¿En qué? –Hace que me ponga nerviosa. No me
esperaba esa respuesta…
-En ti. –Sonrío aliviada -¿Crees que volveremos a trabajar
juntos algún día?
-Ya estamos trabajando juntos. O al menos deberíamos estar
trabajando porque el borrador del libro hay que entregarlo y todavía no lo
hemos empezado.
-Todavía nos queda tiempo para eso, pero yo me refiero a
trabajar juntos todos los días, como antes. –Se sienta sobre el césped y apoya
su espalda sobre el tronco de uno de los árboles que tenemos a nuestro
alrededor. -Y que almorcemos en familia, bromeando, que hagamos un programa en
el que nos lo pasemos genial y que estemos deseando que llegue el día siguiente
para poder volver a grabar. –Me siento delante de él y me apoyo sobre su pecho
dejando caer mi cabeza en su hombro para que pueda seguir mirando el horizonte
conmigo.
-Dani, la vida son épocas. –Le cojo la mano y la beso. –Por mucho
que nos duela, esa época pasó y aunque siga habiendo muchos tontacos por ahí
sueltos, ya dimos de nosotros todo lo que pudimos dar. Ahora tenemos que seguir
trabajando en nuestros nuevos proyectos y acostumbrarnos a estos nuevos
horarios de trabajo.
-A lo que no consigo acostumbrarme es a que ya no seamos la
pareja televisiva de moda. –Dice bromeando. –Ya no nos hacen vídeos en Youtube.
-¡Martíneeeez! ¡Que te encanta recibir el cariño de la gente
y ahora te da pena que ya no tengas el tirón de antes! Jajajajaja
-Perdona, pero estás hablando con la persona que tiene 1.549.688
followers en Twitter ¿Tengo o no tengo tirón?
-Bueno, bueno… Eso no significa que sigas teniendo los mismos
fans que antes. –Digo picándole.
-Tengo los fans que me quieren de verdad y con su cariño me
sobra para estar contento con mi trabajo.
-¿Ah, sí? Entonces yo no pinto nada aquí. –Digo intentando
parecer lo más seria posible mientras me alejo un poco de él.
-Cariño. –Me agarra del brazo para que no me pueda ir. Giro
la cabeza y me quedo mirándole a los ojos esperando que hable. –No intentes
disimular porque sé que eres mi fan número 1 y sin tu cariño no soy nada.
-¿Sin mi cariño? Pero si yo por ti no siento nada, Martínez. –Me
mira incrédulo aunque sabe perfectamente que estoy mintiendo y que lo que
quiero es que busque mis besos como sólo él sabe hacerlo.
-Todos saben que estás loca por mí, Anna. No puedes intentar
esconderlo.
-Qué creído te lo tienes ¿No?
-Sólo me creo lo que me dice tu mirada.
-¿Y qué te dice mi mirada? –Sigo haciéndome la dura, aunque
por dentro me está derritiendo con sus palabras y el hecho de que cada vez que
habla se vaya acercando más a mi boca hace que me cueste seguir fingiendo.
-Pues me dice que te encanta montar todo este numerito para
que te diga que te amo con todo mi corazón y que estás deseando que me lance a
darte un beso.
-¿Y dices que mi mirada nunca miente?
-Jamás.
-¿Entonces a qué esperas para darme ese beso? –Sus labios
están ya rozando los míos, pero no voy a ser yo quien se rinda y dé el paso.
Esta vez voy a aguantar hasta que Dani no pueda más.
-¿Y quién te dice que yo quiera besarte?
-¿No quieres?
-Me muero de ganas.
Jope que bonito.Cada dia te superas
ResponderEliminarQue boniiiitooooooo!!!!! :'''') Te superas cada vez más. ¿Como puedes escribir tan perfecto? *-*
ResponderEliminarSiguieeeenteeeee porfaaa :3
perfecto!!! que bonito! siguienteee :)
ResponderEliminar